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ARTE | La semana por delante

Arquitectura revolucionaria

La arquitectura fue una de las herramientas más eficaces para introducir los ideales socialistas en Rusia, lo que trajo consigo una de las etapas más extraordinarias de la historia de la arquitectura. La exposición Construir la Revolución. Arte y arquitectura en Rusia 1915-1935, en CaixaForum hasta el 18 de septiembre, permite conocer ese periodo radical de arquitectos como Erich Mendelsohn o Konstantin Mélnikov, o de artistas visuales del movimiento constructivista, como Malevich, Liubov Popota o Vladímir Tatlin, a través de 250 obras entre fotografías, dibujos, pinturas y maquetas.

La intención de acabar con el analfabetismo dio lugar a la construcción de nuevos centros educativos. Lo mismo cabe decir de la sanidad, o del deporte, para lo que se construyeron desde clubes deportivos hasta centros termales para la élite y el proletariado. El crecimiento demográfico exigió soluciones drásticas en vivienda, como las casas-comuna de Moisei Guínzburg, en Moscú, aunque pese a la bandera de la igualdad socialista se colaron viviendas para las élites dominantes. Y a Mélnikov se le permitió cumplir el sueño de todo arquitecto, construir su propia casa.

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