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Reportaje:

Un rugido a medias

Tras casi un año sin jugar, Serena Williams pierde ante la número tres pero demuestra que está lista para el asalto a Wimbledon

Tras casi 50 semanas ausente del circuito, prácticamente 12 meses repartidos entre un corte en el pie y una embolia pulmonar que amenazó su vida, Serena Williams tiene su saque (6-3 y 5-4) para derribar a Vera Zvonareva, la número tres. Pasa en la tarde de ayer y en el torneo de Eastbourne, el primero que disputa la estadounidense tras su larguísima baja. La rusa, sin embargo, gana ese set. Saca dos veces en el siguiente para vencer y las dos pierde el servicio. Necesita, finalmente, cuatro puntos de partido para imponerse 3-6, 7-6 y 7-5. El mensaje está claro. Si la número tres, finalista de Wimbledon 2010, sufre tanto para lograr la victoria es porque Serena está en disposición de asaltar el grande de la hierba, que arranca el lunes.

El vestuario lo sabe. El vestuario ya lo ha visto. En 2007, Serena llegó al Abierto de Australia como la número 81 del mundo, sin partidos en las piernas y con demasiados kilos en la musculatura. Venció. "Si perdiera 20 libras [unos nueve kilos] seguiría teniendo este culo y estas, discúlpenme, tetas", dijo, pícara, sonriente, convencida, Serena en estado puro. El peso nunca ha sido un impedimento para la exnúmero uno, que en Eastbourne se movió con dificultades y ganó más puntos con sutiles ángulos abiertos que con tiros plenos de potencia.

En esta ocasión, sin embargo, las rivales tampoco se podrán dejar engañar por la clasificación de Serena. Oficialmente, la exnúmero uno ocupa el puesto 26 en el listado. No para Wimbledon, donde no jugará la belga Kim Clijsters, lesionada.

El torneo no decide sus cabezas de serie solo en función del ránking, sino también teniendo en cuenta los resultados logrados en torneos sobre hierba durante los últimos años. Como consecuencia, Serena, la campeona vigente, disputará el torneo como la cabeza de serie número siete, y Venus, que es la número 33 en cualquier otra cita, como la número 23. Eso, en realidad, aliviará a más de una tenista de elite: así se aseguran no ver las temibles Williams durante la primera semana. "Lo de Serena es increíble", vino a resumir Zvonareva, que se ocultaba bajo una toalla durante el partido. "Viene de casi un año sin competir y ha sido capaz de estar tres horas jugando un tenis asombroso".

"Estoy un poco oxidada, pero feliz de haber vuelto a jugar sobre hierba", había dicho antes del encuentro Serena, que acumula 13 títulos del Grand Slam a los 29 años y que acabó apoyada contra una pared, asfixiada, tras un peloteo especialmente largo.

Mientras la menor de las Williams dejaba el torneo, Venus, que solo ha jugado dos desde Wimbledon 2010, seguía con paso firme. En cuartos le espera la eslovaca Hantuchova. Otra tenista más para medir cuánto rugen las hermanas Williams.

Serena Williams, ayer.
Serena Williams, ayer.B. STANSALL (AFP)

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