Del cerdo, hasta los andares
De los cerdos hasta los andares, reza el refrán español. Explicación por la que China, su líder mundial en consumo, invierte capital en nuestras famélicas cajas para que logren ser magros bancos a los que más tarde pasar a cuchillo por San Martín.
Su dinero participa ya en nuestras empresas y ahora nutre nuestro sistema financiero. Si China lidera el consumo mundial de cerdo, en la Unión Europea su avidez se ceba en las economías más débiles.
En Portugal, Irlanda, Grecia y España, cuyas iniciales forman en los mercados internacionales el vocablo PIGS (cerdos en inglés), lo saben bien. También el emirato árabe Catar riega con su solvencia monetaria las secas finanzas de empresas estratégicas. Aunque no goce de buena prensa el cerdo en ese país musulmán, sí la tiene como en el nuestro el deporte, y patrocina además al Barcelona, flamante campeón de la Liga de Campeones.
Si para el primero somos puente hacia el goloso mercado hispanoamericano, el segundo reconquista su presencia cultural en Europa. El dinero abre muchas puertas al no tener color, pero siempre cobra su precio. ¿Se cumplirá que a España no la conocerá ni la madre que la parió?