Vida & Artes
MANUEL V. GÓMEZ
La canciller Angela Merkel sabe que a los alemanes no les gusta ser los principales contribuyentes de los rescates financieros de Grecia, Irlanda y Portugal. La aportación germana, la mayor de los socios comunitarios, le está pasando una alta factura electoral.
En Bienenbüttel había ayer tan poco de reseñable que algunos reporteros empezaron a entrevistarse unos a otros. Un letrero labrado en madera anunciaba tras la verja de la Fichtestrasse el nombre que hizo zarpar tantas cámaras, periodistas e incluso un helicóptero de televisón, hasta la ignota localidad de Baja Sajonia: Der Gärtnerhof.