El gran laboratorio del mar
Es casi imposible encontrar en el buque oceanográfico Hespérides una cubierta, una bodega, un rincón, que no esté aprovechado con algún instrumento útil para la ciencia: desde los pañoles llenos de equipos de investigación o refrigeradores para guardar muestras hasta el sobrepuente con los sensores atmosféricos y de radiación solar, pasando por los laboratorios, la sala de ordenadores, las sondas instaladas en el casco del buque o la cubierta desde la que se lanzan al mar diariamente los diferentes instrumentos para tomar muestras del agua, de la vida marina o de su estado de contaminación.