La izquierda abertzale parece haber aprendido la lección de las dos últimas elecciones municipales y no ha colocado en Bildu, su supuesta marca para los comicios del próximo 22 de mayo, a prácticamente ningún candidato procedente de formaciones ilegalizadas por el Tribunal Supremo en virtud de la Ley de Partidos.
La pista de Antonio Troitiño se perdió ayer en Francia y su fuga empezó a transformarse en una nueva bronca política. El etarra está en paradero desconocido desde que la Audiencia Nacional decretó el martes por la noche su busca y captura, mientras el Gobierno y la oposición se tiraban a la cabeza el incidente judicial.
Rubalcaba y Trillo (a la izquierda en la imagen) intercambian habitualmente información y puntos de vista sobre terrorismo. Ayer cruzaron en público lecciones jurídicas. El ministro, químico, explicó que los jueces no actúan por la presión social ni vigilan a ciudadanos libres.
La Audiencia Nacional decretó ayer la libertad bajo fianza de 50.000 euros del exportavoz de Batasuna Arnaldo Otegi en el caso que investiga la financiación de la formación abertzale a través de las herriko tabernas, en el que está imputado por integración en organización terrorista.
Que la Audiencia Nacional cometió un error el pasado 13 de abril al permitir la excarcelación de Antonio Troitiño Arranz, parece claro. Pero la lentitud de la justicia también ayudó a que sus magistrados adoptaran la polémica decisión de liberar a uno de los etarras más sanguinarios, condenado a cientos de años de prisión por 22 asesinatos.
Francisco Camps, presidente de la Generalitat valenciana, perdió ayer las últimas apelaciones para evitar ser juzgado en la causa de los trajes. La decisión de la Sala Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia valenciano deja las manos libres al juez instructor, José Flors, para decidir si lo sienta en el banquillo por cohecho impropio: haber recibido regalos de la trama Gürtel.
Los recortes sociales anunciados por el Gobierno catalán (Convergència i Unió) en sus primeros tres meses de andadura no solo han provocado las iras de sindicatos, empleados públicos y usuarios de la sanidad. Sus quejas, previsibles, han tenido unos aliados que pocos habrían podido imaginar al comienzo de la legislatura.
En el ecuador de la Semana Santa, y una vez superadas las horas más conflictivas -la tarde de ayer-, la cifra de víctimas mortales en la carretera es inferior a la del año pasado. Entre las tres de la tarde del pasado viernes y las ocho de la noche de ayer, 23 personas murieron en accidentes de tráfico, cinco menos que en el mismo periodo de 2010.