Mínimo histórico de inmigrantes en la recolección de aceituna
En la provincia de Jaén, que acapara más de la mitad de la producción andaluza de aceituna, el Gobierno de la nación ha concedido 1.147 autorizaciones a extranjeros para trabajar en el campo, pero de ellas solo 34 han sido de inmigrantes que han llegado a la provincia por vez primera. La mayoría se concedieron por arraigo social, es decir, extranjeros que ya estaban en España. Otro indicador que revela la pérdida de protagonismo de los inmigrantes en la aceituna es el referido a los contratos registrados. De los 94.841 que se realizaron durante los meses de enero y febrero, los inmigrantes supusieron 22.336 (se incluyen diferentes contratos para un solo temporero), lo que supone apenas el 23%.
La campaña cerró con un 92% menos de extranjeros que hace tres años
El subdelegado del Gobierno en Jaén, Fernando Calahorro, dijo ayer que la campaña ha empleado a un 92% menos de inmigrantes que hace tres campañas.
Antes de que irrumpiera la crisis, los extranjeros eran imprescindibles en los tajos olivareros, pero ahora los parados autóctonos han cogido el relevo de los inmigrantes. También ha cambiado la procedencia de estos, que ahora vienen principalmente de Mali, Senegal y Argelia.
Con todo, Calahorro no cree que esta circunstancia deba reabrir el debate sobre la conveniencia o no de abrir los albergues para temporeros, una red asistencial única en el país y que esta campaña han tenido una ocupación inferior al 90%. "Hasta que el convenio del campo no estipule la obligación de los empresarios de ofrecer alojamiento a los temporeros, los albergues tienen que continuar", señaló Calahorro tras la reunión de la Comisión Provincial de Flujos Migratorios.
Por lo demás, la campaña oleícola se ha cerrado con un descenso del 35% en la conflictividad y de un 30% en los robos de aceituna.
