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Los socialistas proponen un "salario máximo" para directivos de firmas con capital público

Antonio Jiménez Barca

El Partido Socialista (PS) francés propone fijar una suerte de salario máximo para dirigentes de empresas públicas o con accionariado público. Así, un presidente o un director general de una empresa pública no podrá ganar más de 500.000 euros al año. Esta propuesta forma parte del esqueleto de programa del PS para las elecciones del 2012, que ayer fue aprobado por la dirección socialista francesa y que deberá ser incorporado obligatoriamente por el candidato que salga de las elecciones primarias que se disputarán en otoño.

Esta medida del tope salarial equivaldrá a reducir el sueldo en un tercio a presidentes como el de Renault (participada por el Estado francés en un 20%) o los de las empresas del sector de la energía GDF o EDF, que también cuentan con acciones estatales. Otros presidentes de empresas totalmente públicas en Francia (SNCF, La Poste o la nuclear Areva) no necesitarían hacer un esfuerzo suplementario ya que su sueldo se ajusta al tope impuesto por los socialistas. El PS es consciente de que en las empresas en que el Estado es accionista minoritario "no se podrá imponer este límite", según explica el secretario nacional de Trabajo del PS, Alain Vidalies, "pero sí sugerirlo". "La idea es que ese tope se convierta con el tiempo en una referencia", añade. Además de este tope salarial para ejecutivos, el PS prevé también crear 300.000 empleos públicos para jóvenes de 18 a 25 años. Con dos prioridades: jóvenes de los barrios desfavorecidos y el desarrollo de energías renovables.

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El PS apuesta por "salir progresivamente de la energía nuclear". Los ecologistas (con los que, previsiblemente, deberán pactar los socialistas) denuncian la ambigüedad de la frase y critican que el socialismo francés no se implique en un alejamiento directo de este tipo de energía, que en Francia significa el origen del 80% de la electricidad.

Martine Aubry, primera secretaria del PS, dejó claro ayer que este programa, elaborado para una sociedad "que ya está casi sin aliento", es una manera de colocar "las ideas por delante del candidato".

La derecha francesa, por su parte, lo ha criticado con dureza y sorna. "Han abierto el armario, han mirado a lo que había por ahí, lo han reunido y han confeccionado un proyecto", resumió el portavoz del Gobierno, François Baroin. "Es un condensado de demagogia y de ideas contra el crecimiento económico", concluyó el primer ministro, François Fillon.

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Hasta ahora, solo dos dirigentes socialistas con posibilidades, Ségolène Royal, excandidata en 2007, y François Hollande, ex primer secretario, han dado el paso para postularse y optar a las primarias. Ni Aubry ni el director general del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, favorito en los sondeos, han resuelto si se presentan o no.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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