_
_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Egipto, Túnez y Sudamérica

He aquí una idea interesante que está rondando en círculos diplomáticos de la capital de Estados Unidos: tratar de que Egipto, Túnez y otros países del mundo árabe aprendan algunas de las lecciones de los procesos de transición democrática de América Latina. Sergio Bitar, un conocido político de centro-izquierda de Chile que ocupó varios ministerios y acaba de regresar de una visita de trabajo a Egipto, hizo referencia a este punto durante un discurso pronunciado el pasado miércoles en el centro de estudios Diálogo Inter-Americano.

Bitar y Genaro Arriagada, otro miembro de la coalición opositora que derrotó al ex dictador chileno general Augusto Pinochet en el plebiscito de 1988, viajaron a Egipto invitados por el Instituto Nacional Demócrata, para encontrarse con los líderes políticos egipcios y compartir con ellos la experiencia que condujo a Chile hacia una democracia exitosa.

La oposición egipcia debe evitar destruir toda la obra del régimen anterior
Más información
El G-8 evita pronunciarse por una zona de exclusión aérea sobre Libia

Si bien existen diferencias entre Pinochet y el recientemente destituido dictador militar egipcio Hosni Mubarak, así como entre la manera en que ambos fueron derrocados, hay varias cosas que Egipto podría aprender de la experiencia chilena, dijo Bitar. Entre las más importantes:

1. No caer en el pánico. Así como en Chile prevaleció la razón entre los políticos que sucedieron a la dictadura militar, es probable que en Egipto ocurra lo mismo, aseguró Bitar. "Mis conversaciones con los principales líderes políticos egipcios y fuerzas sociales en El Cairo me permiten asegurar que en Egipto existen condiciones favorables para un proceso democratizador con una impronta cívica y secular'', dijo Bitar. Si bien algunos funcionarios de EE UU y Europa temen un giro hacia el fundamentalismo o hacia la ingobernabilidad en Egipto, esos riesgos "parecen altamente improbables", agregó.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Bitar -cuyas reuniones en El Cairo incluyeron dos encuentros con líderes del movimiento radical de los Hermanos Musulmanes- asegura que la Hermandad ha reiterado su decisión de convertirse en un partido político, que no presentará un candidato a las elecciones presidenciales, y que sus dirigentes cuentan con mucho menos apoyo popular que otros políticos egipcios.

2. Crear urgentemente una coalición de partidos políticos. En Chile, una de las principales razones detrás del éxito de los Gobiernos de centro-izquierda que sucedieron a Pinochet fue que lograron formar una coalición, que comenzó con 17 partidos y finalmente se redujo a cuatro partidos miembros. En Egipto, existen actualmente alrededor de 10 partidos que, a menos que se unan, serán incapaces de negociar una agenda democrática común con los militares, o podrían dar a los militares una excusa para quedarse en el poder ante el peligro de un caos.

"El principal peligro en Egipto es el del empantanamiento de la transición, por la debilidad y dispersión de las fuerzas emergentes", señaló Bitar. "El hecho es que, hoy por hoy, la totalidad del poder está en manos de los militares. Y aunque estos han asegurado que su permanencia en el poder será breve, siempre se corre el riesgo de que ese plazo se extienda".

Cuanto más tiempo se hagan cargo los militares de las operaciones cotidianas de las agencias gubernamentales, más difícil les resultará a los partidos políticos ganar espacios y desarrollarse, y más posibilidades de conflicto habrá.

3. Crear una Comisión de la Verdad y la Reconciliación. Un órgano como el creado en Chile después de Pinochet y más tarde en Sudáfrica al terminar el régimen del apartheid, para evitar que la gente se tome la justicia por su mano, o que salgan a flote heridas del pasado varias décadas después. Asimismo, Bitar aconseja que EE UU y Europa no intenten influir en el proceso con presiones para excluir a ninguna fuerza política.

Mi opinión: estoy de acuerdo con la mayoría de los conceptos de Bitar, especialmente en lo que se refiere a la necesidad de crear en Egipto una coalición de partidos políticos opositores. Pero agregaría otra importante lección que Egipto podría aprender de Chile: no sucumban a la tentación de destruir a ciegas absolutamente todo lo que hizo el antiguo régimen.

Uno de los secretos del éxito político y económico de Chile -que ha reducido el índice de pobreza de más del 40% a un 14% de la población en los pasados 20 años- fue que la coalición de centro-izquierda que ganó las elecciones tras la dictadura de Pinochet preservó algunas de las medidas económicas y de política exterior del régimen militar, y las mejoró.

La coalición opositora chilena, con una buena dosis de pragmatismo, conservó lo que funcionaba, y cambió todo lo demás. Sería bueno que Egipto y sus vecinos que están saliendo de dictaduras militares respiren hondo, y sigan ese camino.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_