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El reloj del Ayuntamiento de Lugo vuelve a funcionar un año después

Un año después de que el reloj del Ayuntamiento de Lugo se parase, la vetusta maquinaria recuperó ayer su actividad. Fue necesario recurrir a la empresa de Inglaterra que había construido su mecanismo en 1871 y realizar ingeniería milimétrica. El encargo de darle nueva vida fue el relojero vigués, Fulgencio Pagán, quien logró que las agujas volvieran a moverse tras un trabajo concienzudo. Para que el artilugio volviera a funcionar fue necesario cambiar tres piezas deterioradas que componen el áncora de escape. Las tres fueron realizadas por la empresa Guillett and Jonhston, heredera de la compañía Guillet and Bland, que construyera el reloj de Lugo en 1871.

Las piezas llegaron a Lugo el pasado diciembre, pero fue necesario devolverlas a Inglaterra para retocarlas, ya que al montarlas en la maquinaria se comprobó que tenían un desfase de milímetros. El arreglo se complicó porque la empresa que lo fabricó empleaba un mecanismo de escape, denominado escape de gravedad, que está dotado de un péndulo muy largo, estrecho y poco frecuente. Dos relojeros trabajaron en la colocación de las nuevas piezas y en el ajuste del reloj hasta que consiguieron que volviera a funcionar. La historia del reloj se remonta a un acuerdo de la corporación municipal del 1 de enero de 1865, cuando se recogía la necesidad de contar con un reloj en la torre del Ayuntamiento, al observar que el de la catedral, otro de los emblemáticos, casi siempre andaba adelantado. El reloj inglés tenía como destino la catedral de Málaga, pero allí el lugar que le habían preparado se quedaba pequeño. Acabó en lo más alto del consistorio lucense.

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