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Las cajas tiran la toalla hasta 2012

Las entidades lamentan que el debate de la fusión vuelva a "la primera estación" - BBK, Kutxa y Vital asumen que la nueva ley y las elecciones aparcan cualquier plan

Pedro Gorospe

La fusión de las cajas vascas ya no parece posible ni siquiera cuando resulta más urgente. El último intento de unión fría entre BBK y Vital, que contaba con el apoyo expreso del Gobierno, el PP y el presidente del PNV, Iñigo Urkullu, se ha quedado en otro más de esos esfuerzos baldíos diseñados por los directamente implicados -las entidades- y barrido por los que mandan -los políticos-.

En el conjunto de las cajas españolas dicha politización ha dañado de manera irreversible al sector. En el caso vasco, aunque la situación de las entidades resulta comparativamente mucho mejor, el control político de sus órganos de decisión ha vuelto a impedir lo que muchos de los implicados consideraban un buen negocio: la asociación del gigante vizcaíno y el pequeño alavés para crear una caja de mayor dimensión y un banco común que permitiera afrontar mejor los radicales cambios que se avecinan en el sector, además de garantizar recursos a las obras sociales.

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"No era el último tren para crecer, pero volvemos a la primera estación, y más en un año en el que hay asuntos como las elecciones municipales y forales y se ha cruzado el debate del proyecto de ley de Cajas", recalca un alto cargo de Vital, frustrado tras el fracaso de la fusión fría y consciente de que todo ello supone que ya no hay nada nuevo que se pueda hacer como muy pronto hasta comienzos de 2012.

El bloqueo de la unión a dos impuesto por el PNV llega además en un momento crucial para el sector. La agencia de calificación Standard & Poor's hizo público la pasada semana un informe en el que sostiene que unas 11 cajas podrían necesitar ayudas adicionales a las que ya recibieron del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB). Y elevó los créditos dudosos vinculados al ladrillo de unos 100.000 millones de euros en todo el sistema financiero español a 230.000 millones, la gran mayoría en las cajas.

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Aunque esa situación no afecta muy directamente a las firmas vascas, la entidad alavesa es la que más pierde al fracasar la fusión, ya que es la más pequeña de las tres y, por tanto, la más vulnerable en el futuro mapa financiero español. Además, la Vital deberá afrontar nuevas provisiones de fondos para cumplir las exigencias del Gobierno central, lo que podría motivar que sus beneficios de este año desciendan de forma muy notable y, como indeseado efecto rebote, las aportaciones a la obra social. "Alguien tendrá que pedir responsabilidades a Iñaki Gerenabarrena [vicepresidente de Vital y presidente del PNV alavés] por ir contra la caja y oponerse a la fusión, a sabiendas de que nos quedamos en la peor de las situaciones posibles ante el nuevo panorama que se avecina", aseguran fuentes de la propia entidad.

Si en Álava impera la frustración, en BBK el enfado es mayúsculo. El veto al proceso supuso un auténtico baño de agua fría en la entidad vizcaína. Cuando todo ya estaba cerrado, la ejecutiva nacional del PNV decidió cambiar el guión sin mediar razones de peso en términos empresariales. "Otro año perdido cuando cada día que pasa es fundamental, porque el panorama cambia y lo hace a peor para los intereses de las cajas", asegura uno de sus responsables.

Lo que comenzó como una propuesta de fusión fría aconsejada por los expertos, con consenso político suficiente e incluso alabada en privado por sus detractores, acabó cuando la dirección del PNV paralizó el acuerdo por sus intereses, básicamente en Guipúzcoa. "Esto es lo que sucede cuando en el PNV no se sabe quién manda, y, como en este caso, quien impulsa una operación al final acaba frustrándola porque tiene que pactar con un sector de su partido para no tener problemas", asegura una persona implicada en las negociaciones. Incidía así en que ha sido el presidente del PNV guipuzcoano, Joseba Egibar, quien ha forzado a su aliado interno Generabarrena para acabar condicionando a Urkullu.

El PNV ha tenido que recuperar así su apuesta por una fusión completa de las tres entidades para crear una nueva marca que operaría en los tres territorios. "Todas las entidades que han perdido su marca han cedido en torno al 20% de su cuota de mercado", recalca un alto cargo de Kutxa, quien reconoce que hablar ahora de fusión integral es un brindis al sol.

"Cuando el sector impone movimientos, el PNV los para con una jugada, la de la fusión de las tres cajas que al final es un movimiento a ninguna parte", coinciden fuentes de varios partidos.

La apuesta de la fusión fría se basaba en que BBK y Vital iban a seguir operando en sus respectivos territorios con su propia marca comercial, mientras un nuevo banco sumaría los negocios financieros de ambas y su Consejo de Administración estaría controlado por ambas entidades. Sin embargo, eso ya es historia y ahora toca volver a empezar, aunque con dos problemas añadidos para resolver a corto plazo: la nueva ley de Cajas, que el Gobierno y el PP desearían ver en la Cámara en junio próximo, y las elecciones municipales y forales de mayo, que previsiblemente cambiarán, junto a la ley, el peso de cada partido y de las instituciones en las asambleas de las cajas.

La principal discrepancia del PNV con el contenido del proyecto de ley que han pactado socialistas y populares es que el nuevo sistema de elección de representantes a las asambleas rebaja la presencia de la formación nacionalista, corrigiendo a la baja lo que tanto el Gobierno como su socio preferente consideran excesiva representación peneuvista en los órganos de decisión. El PNV se queja de que esa cuota de poder que pierde se la repartirán sus rivales. La nueva legislación plantea que el próximo noviembre comience el proceso con una renovación total de las asambleas, en la que ya se trasladarían los resultados electorales de mayo.

Aunque el Ejecutivo quiere llevar el proyecto de ley al Parlamento justo tras los comicios, los trámites precisos podrían retrasar su aprobación hasta después del verano, con lo que la ley difícilmente saldría aprobada de la Cámara antes de octubre o noviembre, lo que dejaría atascado el proceso de elección de representantes en las entidades fundadoras hasta ya entrado 2012.

Urkullu y Gerenabarrena aprovecharon ayer un acto de su partido en Vitoria para hablar de las cajas. El presidente del PNV sostuvo que es preferible que los proyectos del Gobierno "sigan en el cajón" si lo que plantea son contenidos como el de la futura ley. Gerenabarrena criticó las "ocurrencias" del PSE sobre la fusión y defendió que, mientras en el conjunto de España se está tratando de que los bancos dominen "el negocio financiero" en detrimento de las entidades de crédito, Euskadi debe mantener un sistema "con una implicación importante del sector público".

Los presidentes de Kutxa, Xabier Iturbe; BBK, Mario Fernández, y Vital, Carlos Zapatero, en un acto en Bilbao el pasado mes de enero.
Los presidentes de Kutxa, Xabier Iturbe; BBK, Mario Fernández, y Vital, Carlos Zapatero, en un acto en Bilbao el pasado mes de enero.TXETXU BERRUEZO

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Sobre la firma

Pedro Gorospe
Corresponsal en el País Vasco cubre la actualidad política, social y económica. Licenciado en Ciencias de la Información por la UPV-EHU, perteneció a las redacciones de la nueva Gaceta del Norte, Deia, Gaur Express y como productor la televisión pública vasca EITB antes de llegar a EL PAÍS. Es autor del libro El inconformismo de Koldo Saratxaga.

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