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Reportaje:

El gran cambio histórico de 711

Expertos analizan la entrada de los árabes en la Península en su 1.300º aniversario

La entrada de los árabes en la península Ibérica cumple este año su 1.300º aniversario. Un gran cambio histórico se produjo a partir del año 711. Se derrumbó el reino visigodo y comenzó a gestarse al-Andalus. Historiadores y arabistas analizan este acontecimiento. La mayoría de ellos coincide en que "fue una conquista". Con todo, también hay alguna discrepancia. La revista Andalucía en la Historia, editada por el Centro de Estudios Andaluces, ha dedicado parte de su número 31 a este episodio.

Alejandro García Sanjuán, profesor titular de Historia Medieval de la Universidad de Huelva, recalca que "fue un episodio de conquista, una irrupción que dio lugar a un enfrentamiento con los visigodos". "Hay pactos de capitulación. Por ejemplo, Teodomiro, que era la autoridad visigoda en la zona de Murcia, estableció un pacto de capitulación con los conquistadores. Responde a una mecánica por la que los musulmanes buscaban el acuerdo antes que la conquista por la fuerza. La monarquía visigoda estaba en una situación de crisis política, económica y social. Los conquistadores aprovecharon esta situación. El Estado visigodo quedó desarticulado en el primer enfrentamiento. Hubo un sálvese quien pueda. Sectores de la aristocracia visigoda optaron por acomodarse a la nueva situación. Hubo capitulaciones similares a las de Teodomiro", relata. "Los árabes buscan la capitulación como sistema del dominio islámico a tener que someter por la fuerza al enemigo. La aristocracia visigoda intenta conservar sus bases de poder y para ello opta por acomodarse a la dominación de los conquistadores", concluye García Sanjuán.

La mayoría de historiadores y arabistas afirma que fue una conquista
Un profesor universitario rechaza que hubiera una invasión

Rafael Valencia, profesor titular de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad de Sevilla, define como "una conquista" lo que ocurrió en 711. "La conquista árabe es una oportunidad de mercado e incorporación a un imperio que crecía en ese momento. Es una oportunidad para las poblaciones locales. Por ejemplo, para el aceite del sur de la península significa abrirle un mercado en todo el Mediterráneo", señala Valencia. "El islam que llega aquí está formándose. Es una cultura que tiene el comportamiento mediterráneo de esponja que absorbe lo anterior. Absorbe la herencia cultural de la antigüedad grecolatina. Los mismos árabes traducen las obras de Isidoro de Sevilla", comenta Valencia.

Emilio de Santiago, arabista y ex profesor de Historia del Islam Oriental de la Universidad de Granada, señala que "fue una conquista". "Hubo una invasión que en su mayor parte fue mediante tratados de paz. No hubo demasiados episodios bélicos porque no les interesaba a los propios conquistadores", asevera. "A los musulmanes no les interesaba imponerse por la violencia porque si una ciudad quedaba devastada no se podía reconstruir. Debió de existir una simbiosis notabilísima entre visigodos y musulmanes. La economía visigoda era un desbarajuste y estaba en declive. El islam era una fuerza revolucionaria integradora", afirma De Santiago.

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Eduardo Manzano, profesor de Investigación del Centro de Ciencias Humanas y Sociales del CSIC, recalca que "fue una conquista". "En 711 llegó un ejército comandado fundamentalmente por árabes y formado por tropas norteafricanas de origen bereber. Entró en la península aprovechando una guerra civil entre los visigodos. El rey Rodrigo convocó a su ejército. Una parte desertó, dejó solo a los partidarios del rey frente a los conquistadores y se produjo la derrota", explica. "En los años siguientes se inició la ocupación, que en la mayor parte de los casos se realizó mediante pactos con la aristocracia visigoda", señala Manzano.

Jesús Lorenzo Jiménez, investigador posdoctoral de la Universidad Autónoma de Barcelona, afirma que "hubo una conquista". "La península Ibérica del año 710 y la del 750 son muy diferentes porque se ha producido una conquista real que ha afectado a instancias de poder", precisa Lorenzo. "Todo el avance de los conquistadores se produce sobre pactos. Quien pacta lo hace porque le obligan a pactar. Nadie cede las cosas porque le apetezca. Te lo imponen. Hubo pocos derramamientos de sangre: en la batalla del Guadalete, en Mérida, en Córdoba... Y bastantes pactos", comenta Lorenzo.

Emilio González Ferrín, profesor titular de Historia del Islam de la Universidad de Sevilla, discrepa del resto de especialistas en un aspecto fundamental. "No creo que se deba hablar ni de conquista ni de invasión", recalca González Ferrín. "En 711 se perdió la centralidad visigoda. Bizancio se repliega. En 711 entra la misma gente que lleva entrando 100 años", afirma. "En 711 no hay un poder centralizado, la costa se desabastece, la gente va y viene. No hay una religión que se impone, sino que hay flujos migratorios. Entran poblaciones del norte de África que no tienen religión ni idioma distintos de los que hay en la península Ibérica", resume González Ferrín.

Espada, hambre y cautivero. La conquista islámica de Spania
Don Rodrigo cabalgando a lomos de un caballo blanco en la batalla del Guadalete (1858), óleo de Marcelino de Unceta y López.

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