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El limbo diplomático del embajador de Venezuela

Isaías Rodríguez se despidió del Rey hace dos meses, pero sigue ejerciendo al quedarse sin un puesto en Caracas

Lo que parece ser un error de cálculo político ha dejado al embajador de Venezuela en España en una especie de limbo. Julián Isaías Rodríguez se despidió del Rey como embajador el pasado 23 de noviembre . El 17 del mismo mes se había despedido de la ministra de Exteriores, Trinidad Jiménez. Pero más de dos meses después sigue viviendo en Madrid y sigue presentándose como embajador en actos públicos diversos. El Gobierno español ya no lo considera interlocutor, según aseguran fuentes diplomáticas.

Al día siguiente de despedirse formalmente de don Juan Carlos, el 24 de noviembre, Isaías Rodríguez dijo adiós públicamente a Madrid con una conferencia en la sede de la Secretaría General Iberoamericana con motivo del aniversario de la independencia de Venezuela. Ofreció un encendido discurso anticolonialista y una sentida defensa del movimiento bolivariano que lidera el presidente Hugo Chávez.

Se fue de Madrid para ser magistrado del Supremo, pero no salió elegido

Rodríguez había formalizado en octubre su candidatura a ocupar un puesto de magistrado en el Tribunal Supremo de Justicia de su país, nombrado por la Asamblea Nacional.

Sin embargo, en Venezuela saltó la sorpresa cuando los propios diputados del partido de Chávez dejaron fuera del alto tribunal venezolano a Rodríguez. Había sido vicepresidente del Gobierno de Hugo Chávez en el año 2000 y después fiscal general de Venezuela hasta 2007. Su candidatura a magistrado del Supremo había recibido impugnaciones y había sido duramente criticada por la oposición, que lo acusa de utilizar su cargo para persecuciones políticas.

A partir de ese momento, el ya ex embajador se quedó sin cargo en Madrid y en Caracas. Formalmente, el Gobierno venezolano no ha comunicado a España su cese como representante diplomático, por lo que en términos legales estrictos sigue siendo el embajador, pero el hecho de haberse despedido formalmente del Rey lo deja en una situación cuando menos extraña a la hora de presentarse en actos públicos. De hecho, no acudió a la recepción de don Juan Carlos al cuerpo diplomático el pasado 18 de enero.

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Sin embargo, su nombre sigue apareciendo en los medios ligado al cargo diplomático. Por ejemplo, el pasado 29 de diciembre, un mes después de despedirse de España, Isaías Rodríguez acudió invitado al partido de fútbol amistoso entre las selecciones de Euskadi y Venezuela. El pasado 1 de febrero, Isaías Rodríguez acudió como embajador a San Fernando (Cádiz) a un acto en el que la empresa Navantia hizo entrega a la Armada venezolana de un nuevo buque. También se presentó como embajador el pasado día 3 de febrero, cuando acudió al circuito de Valencia a saludar ante la prensa al piloto venezolano de fórmula 1 Pastor Maldonado, de la escudería AT&T Williams.

En Venezuela, el rechazo a su candidatura al Supremo ha supuesto una humillación, ya que es un jurista muy significado y parecía cosa hecha que Chávez le premiaría con el Supremo los servicios prestados como fiscal general. En España, el Gobierno solo despacha con la número dos de la Embajada, Zulai Ramírez, según fuentes diplomáticas.

Además, Rodríguez ha dejado pocos amigos como embajador, con notables enfrentamientos con el Gobierno. Cuando los etarras Xabier Atristain y Juan Carlos Besance implicaron a Arturo Cubillas, funcionario del Gobierno venezolano, en el entrenamiento de terroristas, insinuó que podían haber sido torturados. Poco después acusó al Gobierno español de "cobardía política" por pedir a Venezuela más colaboración contra ETA. Durante una visita al País Vasco, no consiguió que lo recibieran ni el lehendakari, Patxi López, ni el líder del PP vasco, Antonio Basagoiti, con el que llegó a intercambiar gruesas declaraciones en los medios.

La Embajada de la República Bolivariana de Venezuela en Madrid aseguró a través de su oficina de prensa que la manera de actuar de Rodríguez es la normal en un "periodo de transición". La web lo sigue presentando como embajador, "abogado y poeta".

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Sobre la firma

Pablo Ximénez de Sandoval
Es editorialista de la sección de Opinión. Trabaja en EL PAÍS desde el año 2000 y ha desarrollado su carrera en Nacional e Internacional. En 2014, inauguró la corresponsalía en Los Ángeles, California, que ocupó hasta diciembre de 2020. Es de Madrid y es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense.

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