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Feijóo admite que el capital de la caja está lejos de la exigencia del Gobierno

El presidente se mantiene a la espera para hallar la solución "menos mala"

Pablo Linde

El nuevo panorama financiero tiene al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, "lleno de estupor y escepticismo". Así definió sus sensaciones y las "de toda Galicia" después de que el Gobierno central haya cambiado en la última semana los criterios para que las cajas demuestren solvencia y puedan continuar su actividad. La ministra de Economía, Elena Salgado, anunció el pasado jueves que este tipo de entidades necesitará un core capital -el de máxima calidad- de entre un 9% y un 10%. Hasta ahora es una incógnita de cuánto dispone Novacaixagalicia. Pero el presidente reconoció ayer que entiende que "está muy lejos de lo que exige el Gobierno".

Feijóo quiso ser prudente ante la "improvisación histórica" del Ejecutivo de Zapatero. "Para no caer en lo que criticamos, tendremos que esperar a saber cuáles son las exigencias concretas del Gobierno", señaló. Apostó por que la postura de Galicia ante el nuevo escenario financiero vuelva a ser la del "mayor consenso económico, social y político posible para acordar la solución menos mala" para Novacaixagalicia.

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En lo que no tuvo dudas Feijóo fue en criticar al Gobierno, que "ha cambiado de criterio de un día para otro". Quiso dejar claro que "el Ejecutivo no está corrigiendo algo que Galicia haya hecho mal, sino que se está corrigiendo a sí mismo". "Galicia aceptó de forma responsable y transparente todos los requisitos", que se han cambiado a posteriori. "La solvencia que nos exigían hace 15 días cambia el lunes y vuelve a cambiar el jueves. Es un bandazo normativo que parece indicar que el Gobierno no quiere cajas, sino bancos", puntualizó el presidente.

Feijóo dijo que está a la espera de que en los próximos días la Xunta tenga claridad sobre los requisitos del Ejecutivo. Salgado cifró en un 8% la ratio de capital para entidades cotizadas o con presencia significativa de inversores y elevó ese porcentaje al 9% o 10% en el caso de las cajas que no se conviertan en bancos. "No es lo mismo un ocho, que un nueve o que un diez", subrayó el presidente de la Xunta, quien dedicó buena parte del Consello de su Gobierno de ayer a analizar esta situación a través de un informe que presentó la Consellería de Facenda.

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Admitió que durante estos días está manteniendo contactos con los directivos de la caja, concretamente con el presidente, Julio Fernández Gayoso, quien tampoco conoce, según Feijóo, cómo se concretarán los nuevos requisitos.

En cualquier caso, parece difícil que Novacaixagalicia los cumpla, tal y como reconoció Feijóo, quien aseguró que, sin embargo, "cumple lo que el Banco de España le mandó". De hecho, el informe de Facenda destaca que la entidad fusionada "está cumpliendo de manera satisfactoria las condiciones que se le impusieron en el mes de noviembre y está siguiendo la hoja de ruta tal y como fue aprobado por el órgano regulador". Entre los requisitos se encontraban las sobredotaciones para cumplir la pérdida esperada para los próximos años. "Si no se hubiesen destinado fondos a provisionar posibles pérdidas con cargo a reservas, la caja cumpliría [los nuevos requisitos del Gobierno]", explicó. Es decir, con el aumento de provisiones no se pudo reforzar el capital, criterio sobre el que ahora el Ejecutivo exige demostrar la solvencia.

En el documento llevado al Consello también se recoge que Novacaixagalicia realizó un ajuste de plantilla, que afecta a cerca del 30% de los trabajadores de servicios centrales y a una parte de la red comercial, con 650 inscritos al plan de prejubilaciones pactado con los sindicatos. Asimismo, se está implantando una reducción de oficinas, la cual, señaló Feijóo, supone un "importante avance" en el proceso de integración informática que deberá culminar en la puesta en funcionamiento de los órganos de gobierno y el diseño para acometer una nueva organización.

Con el nuevo escenario dibujado por la ministra Elena Salgado, todos esos movimientos que se han gestado tras más de un año de negociaciones entre cajas, Xunta y sindicatos, podrían resultar baldíos. La lucha por una caja gallega puede quedar en nada si finalmente el Gobierno exige su conversión en un banco por no disponer de capital. La Caixa, la primera caja de España, ya ha iniciado su conversión en una entidad bancaria. Galicia se mantiene a la expectativa.

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Sobre la firma

Pablo Linde
Escribe en EL PAÍS desde 2007 y está especializado en temas sanitarios y de salud. Ha cubierto la pandemia del coronavirus, escrito dos libros y ganado algunos premios en su área. Antes se dedicó varios años al periodismo local en Andalucía.

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