El Banco de Valencia necesita 150 millones antes de septiembre
Olivas asegura que cumplirá con holgura la exigencia
El Gobierno aprieta pero no ahoga. Al menos, al Banco de Valencia. La entidad, participada en un 38,4% por Bancaja, cerró el ejercicio de 2010 con un core capital, capital ponderado por riesgo, del 7,21%. Las nuevas normas aprobadas por el Gobierno exigen a todas las entidades financieras que alcancen un core capital del 8% antes del mes de septiembre, una manera de anticipar más de dos años las exigencias de la Unión Europea para trasladar un mensaje de tranquilidad a los mercados. José Luis Olivas, presidente del Banco de Valencia y del Grupo Bancaja, cifró ayer las necesidades de capital de la entidad "entre 130 y 150 millones de euros" durante la presentación de los resultados de la entidad en 2010. Según sus estimaciones, el banco alcanzará ese 8% en septiembre "sin problemas", "holgadamente", a través de la venta de activos, "vía beneficios recurrentes" o a través de una "eventual ampliación de capital".
El valor en bolsa del Banco de Valencia es de 1.700 millones de euros. Y la última ampliación de capital se produjo en 2007 por un total de 272 millones de euros.
El Banco de Valencia obtuvo un resultado neto en 2010 de 67,1 millones, un 49% menos que el año anterior, arrastrado por una caída próxima al 30% del margen de intereses. La entidad consiguió recortar un 2% sus costes de explotación a lo largo del año pasado.
"Dudoso cobro"
Olivas confirmó que el Banco de Valencia tiene una cantidad de 361 millones de euros pendientes de "dudoso cobro" por parte de morosos, y otros 407 millones con riesgo "intermedio". La morosidad alcanza un 5,87%. La media del sector se cifra en un 5,82%. La cobertura de la morosidad, incluyendo las garantías hipotecarias, alcanza el 93%. El volumen de negocio creció un 0,84% en 2010 pero los depósitos de la clientela crecieron un 5%.
También expresó su seguridad de que "no será necesario" que el nuevo banco liderado por Caja Madrid y Bancaja se vea obligado a lanzar una opa por el 100% del Banco de Valencia al controlar un 38,4% de la entidad, una excepción que ha sido habitual en otras fusiones.
