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Reportaje:

De España vengo

La gala de fin de año del Teatro Real exporta a Europa la marca de lo español, a través de la televisión franco-alemana Arte

Las referencias o citas musicales alrededor de lo español han adquirido un protagonismo especial con el cambio de año. El popular Concierto de Año Nuevo de la Filarmónica de Viena, en la Sala Dorada de la Musikverein, ha incorporado hasta tres temas con alusiones hispánicas: una marcha, una danza gitana y una cachucha de inspiración presumiblemente gaditana, con el personalísimo sonido de las castañuelas en la primera y en la última, de la mano de Johann Strauss hijo y padre, respectivamente.

Las castañuelas eran unos de los sonidos obligados en el Teatro Real al programarse la Gala de Fin de Año del 31 de diciembre con España como eje de inspiración, en una combinación de zarzuela, flamenco, baile y hasta canción popular, dentro de una sesión marcada por la retransmisión en directo a varios países europeos a través del canal de televisión cultural franco-alemán Arte. En España, La 2 de TVE emitirá en diferido el espectáculo el Día de Reyes. El enfoque era claro. El arte español más conocido en casa ha salido así catapultado fuera. Puede hablarse desde esta perspectiva de gran acierto con la iniciativa.

El Teatro Real se sacudió por un día de sus exigencias más elitistas
Luz Casal hizo en el plano emocional una versión antológica de 'Piensa en mí'

El Teatro Real se sacudió por un día de sus exigencias artísticas más elitistas y optó por un planteamiento popular y festivo.

Curiosamente, dos de los momentos de mayor intensidad expresiva de la velada estuvieron protagonizados por artistas que representan géneros poco habituales en el templo de la lírica. Es el caso de Luz Casal, que hizo con limitados recursos vocales una versión antológica desde el punto de vista emocional de Piensa en mí, de Agustín Lara, y es también el caso del compositor y guitarrista flamenco Cañizares, que llevó a cabo una exhibición portentosa de técnica y musicalidad en la rumba Lluvia de cometas, en la que destacó asimismo el trabajo de integración y juego de complicidades con su quinteto de acompañamiento.

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A ellos habría que añadir la fuerza que mantiene la coreografía para Carmen, de Gades y Saura, de la que se mostró una selección por la Compañía de Antonio Gades con su habitual tensión dramática y precisión rítmica. El ballet completo está programado para mayo en el Real.

El espectáculo comenzó con un doble guiño a Cuba a través de la Obertura cubana, de Gershwin, y de un aria de la zarzuela Cecilia Valdés, interpretada con su estilo melódico inconfundible por la soprano María Bayo, que volvería a intervenir en otros momentos de la velada, bien a dúo, bien en solitario, como en los famosos cuplés de La corte del Faraón.

En ellos, el director artístico Emilio Sagi obtuvo el momento más imaginativo de una noche en la que dominó el aire de teatro de variedades, la fantasía sin excesos y la profesionalidad para mantener un ritmo fluido a pesar de los continuos cambios de situaciones escénicas. Lució una bella voz el tenor Ismael Jordi y bailaron con corrección, como era previsible, Aida Gómez y Christian Lozano.

Dirigió musicalmente la gala el joven director argentino Alejo Pérez, dejando detalles de clase al frente de una esmerada Sinfónica de Madrid. El coro Intermezzo cumplió sin más. Todos los artistas salieron juntos al final al escenario para brindar entre globos de colores por el Año Nuevo.

Aída Gómez y Christian Lozano, durante la gala de fin de año en el Teatro Real.
Aída Gómez y Christian Lozano, durante la gala de fin de año en el Teatro Real.JAVIER DEL REAL

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