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Reportaje:

El recital infinito de Carlos Oroza

El poeta y el pintor Vilas Bugallo publican un libro con piezas audiovisuales

No está en la Red ni sale en la tele, pero cada palabra suya es un dardo lanzado para provocar nuestra conciencia íntima y colectiva. Cuenta con seguidores incondicionales, como Manuel Rivas y Xosé Luís Méndez Ferrín, y es capaz de llenar las salas cada vez que convoca para enseñar su oficio. Carlos Oroza (Viveiro, 1933) es poeta, en el sentido más remoto del término, es decir, conectado con la oralidad y la música. "No hay hermandad más profunda", afirma.

Quienes lo conocen saben que los recitales son su estado natural. "Yo no recito, digo". La cadencia de sus versos, las inflexiones de su voz y el tono grave de salmodia envuelven su lenguaje como una verdad primigenia, como "las palabras de la tribu", según otro grande, José Ángel Valente. "La oralidad viene de orar ante lo que se ama, no en las iglesias, sino en los poemas", suele apuntar. Y dado que no se prodiga demasiado en actos públicos, sus amigos llevaban tiempo intentando convencer al poeta que dice de memoria y escribe a mano para que se dejase grabar. Paradójicamente, la tecnología que Oroza detesta es la que permite ahora que su recital sea interminable y trascender la grafía, que él denomina "cementerios de signos". La Concellería de Cultura de Vigo y la discográfica Pai Música acaban de publicar tres poemas en forma de libro y DVD.

La obra audiovisual se edita con una tirada limitada de 700 ejemplares
Los artistas se conocieron hace 13 años en una taberna de Vigo

La obra audiovisual, de la que se ha editado una tirada limitada de 700 ejemplares, fue presentada esta semana en el Museo de Arte Contemporánea de Vigo, cuyo auditorio estrenó Oroza en 2002, precisamente con un recital. En el libro, diseñado por el pintor Carlos Vilas Bugallo, su colaborador inseparable, quien, a su vez, contó con la complicidad de su galerista, Alfonso Álvarez, constan tres poemas: Preludio a cabalum, Cabalum y Malú, presentes en antologías anteriores, agotadas como todos los libros del escritor, ahora presentados en formato horizontal respetuoso con la disposición tipográfica de cada verso. "Oroza es un poeta de largo aliento y verso ancho que siempre queda cortado en las ediciones convencionales, esta es la primera que no lo hace", explica Vilas, uno de los mejores conocedores de la praxis poética y vital, dos términos que en esta biografía son sinónimos, de Oroza.

El DVD contiene los tres vídeo poemas. Preludio y Malú fueron realizados este año por el músico y productor Segundo Grandío y su banda sonora interpretada por el cuarteto de cuerda de la violinista letona Natalia Soltan en el claustro del monasterio de Poio. Cabalum es una pieza rescatada de los archivos de la Televisión de Galicia, ya que se trata de una creación de Vilas emitida en el programa Por amor á arte, que dirigía el periodista Antonio López para el canal público.

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El poeta y el pintor se conocieron hace 13 años en una taberna de Vigo, donde Oroza reside desde los años ochenta, y comenzaron una relación artística sembrada de proyectos. Vilas comenzó a acompañar los recitales pintando en directo, siguiendo la costumbre que Oroza había adoptado de colaborar con creadores plásticos, y en la actualidad es el artífice de las "arquitecturas escénicas", como define el poeta las atmósferas de luz, sonido e imagen en las que expone su palabra. Los vídeo poemas son otra faceta más de esta suma que, como todo lo que hace, convierte a Oroza en el más contemporáneo de los poetas antiguos. "Yo no soy poeta de horas libres, sino que escribo al dictado de mi otredad. El poema es un milagro que viene a ti cuando quiere y que te carga de fatalidad; es libre pero obliga a renunciar a la comodidad, eso es lo que no entienden los poetas, que han caído en el aburrimiento total".

Juntos, llevan dos años embarcados en el desarrollo de manuscritos del poema Alicia (1981) sobre formatos diversos, desde un fajo de folios cosidos a un lienzo. Cada pieza tiene carácter de obra única, reforzado por la actitud de Oroza, que con cada transcripción introduce modificaciones en el texto original, como ha hecho siempre con toda su obra. La capilla de la isla de San Simón acaba de acoger la primera exposición de una de estas variaciones, titulada Alicia nas illas (2010), con telas pintadas por Vilas sobre la caligrafía del poeta.

La muestra tuvo lugar a propósito de la intervención de Oroza en un ciclo de poesía pública celebrado en el archipiélago el pasado mes de septiembre. El influjo de las islas en las que nació, con voz de mujer, la lírica gallego-portuguesa en la Edad Media no pasó inadvertido para los artistas: "Alicia es un homenaje a esta tierra y la denuncia de los desiertos emocionales en los que están convirtiendo el paisaje, tapando el mar y cortando los árboles. Donde no hay luz no puede haber nada, pero en Vigo se resucita todos los días".

El pintor Carlos Vilas y el poeta Carlos Oroza (a la derecha), en la isla de San Simón.
El pintor Carlos Vilas y el poeta Carlos Oroza (a la derecha), en la isla de San Simón.LALO R. VILLAR

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