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LOS PAPELES DEL DEPARTAMENTO DE ESTADO | Europa reconoce el valor de la disidencia

La voz de Fariñas clama en Europa contra la opresión de los cubanos

El disidente envía al Parlamento Europeo un mensaje grabado para denunciar al régimen de la isla, que le ha impedido acudir a recoger el premio Sájarov

El disidente cubano Guillermo Fariñas, Premio Sájarov a la Libertad de Conciencia 2010, pidió ayer, en un duro y dramático discurso grabado en Cuba y emitido por la megafonía del Parlamento Europeo, que la Unión Europea no se deje engañar por La Habana y no ceda en la Posición Común, que supedita las relaciones con la isla a una mejora de los derechos humanos. Para Fariñas, prueba del inmovilismo del régimen es que no se le dejara viajar a Estrasburgo a recoger el premio. El disidente equiparó el "cruel régimen" de Castro con el viejo régimen esclavista, que impedía la libertad de movimientos. "Somos lo que fueron mis ancestros", denunció Fariñas.

Sus palabras, escuchadas en silencio en la Eurocámara antes de ser rubricadas con aplausos, pusieron fin a la ceremonia de entrega del premio Sájarov, que le fue concedido en octubre por el Parlamento Europeo por su pacífica lucha por la libertad en la isla. El disidente no fue autorizado a salir de Cuba y, como ocurrió el pasado viernes con el Nobel de la Paz en Oslo, la ceremonia se celebró ante una silla vacía, esta vez cubierta con la bandera cubana sobre la que al final se depositó el diploma acreditativo del premio. Fue a partir de ese instante cuando comenzó a oírse por la megafonía la voz de Fariñas, grabada el lunes en Santa Clara.

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"Por desgracia no puedo estar con ustedes en representación del rebelde pueblo cubano", comenzó la alocución, de unos seis minutos, en la que Fariñas arremetió contra los que "desgobiernan la patria". "Por infortunio, nada ha cambiado en el sistema autocrático", enfatizó, en respuesta a los que alegan, como el Gobierno español, que en Cuba se están moviendo las cosas. "Los ciudadanos somos lo que fueron mis ancestros", dijo, mientras recordaba que quienes en su día necesitaban permiso de sus amos para moverse, hoy necesitan "una carta blanca para viajar".

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El permiso que el régimen no le ha concedido ahora no le impidió hablar claro y alto. "No se dejen engañar por los cantos de sirena de un cruel régimen de comunismo salvaje", dijo a los europarlamentarios y, a través de ellos, a la UE: "Sería un error pensar que

[los 55 presos liberados y desterrados en las pasadas semanas] fueron puestos en libertad". Ellos y sus familiares han sido "extorsionados por el Gobierno neoestalinista cubano".

Fariñas planteó cinco condiciones para eliminar la Posición Común: liberación de todos los presos políticos y de conciencia; suspensión de palizas y amenazas; desaparición de las leyes que atentan contra la declaración universal de los derechos humanos; que se permita la creación de partidos, prensa y sindicatos independientes y que todos los cubanos de la diáspora puedan participar en la vida económica, social y cultural de Cuba.

El discurso fue celebrado por aplausos, convertidos antes en una ovación en toda regla, cuando el presidente de la Cámara, Jerzy Buzek, uno de los cofundadores del sindicato polaco Solidaridad, depositó en la silla el diploma. No todos los presentes aplaudieron. El español Willy Meyer, de Izquierda Unitaria, criticó lo que calificó de circo anticastrista.

Quien sí aplaudió visiblemente y de pie fue Catherine Ashton, la responsable de la política exterior europea, quien tiene el encargo de tantear la situación en La Habana para ver si es posible normalizar las relaciones entre la Unión y la isla. La de ayer no ha sido la primera vez que el premio Sájarov se entrega en ausencia del galardonado. Familiares de la líder opositora birmana Aung San Suu Kyi y de las Damas de Blanco recibieron el diploma acreditativo en 1991 y 2005.

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El disidente Guillermo Fariñas lee el <i>Gramma</i>, órgano del Partido Comunista cubano, ayer en su casa, en Santa Clara.
El disidente Guillermo Fariñas lee el Gramma, órgano del Partido Comunista cubano, ayer en su casa, en Santa Clara.ASSOCIATED PRESS

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