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Entrevista:MIGUEL GARCÍA | Centrocampista del Salamanca retirado al sufrir un infarto

"Soy un privilegiado"

José Marcos

Las primeras botas de Miguel García (Albacete, 31 años) fueron unas Marco. Su primer balón, uno naranja y amarillo que regalaba Michelin con el recauchutado de las ruedas. Su segunda casa, el Carlos Belmonte en el que vibró como recogepelotas con el Albacete de Benito Floro en 1992. Después de una carrera viajando entre Tercera, Segunda B y Segunda, Miguel García se ganaba el pan este año en el Salamanca. Hasta el 24 de octubre, cuando sufrió una parada cardiorrespiratoria frente al Betis que le dejó 20 segundos "muerto" sobre el césped, salvado solo por la rápida actuación médica. Ha dejado el fútbol y aprecia más que nunca la vida.

Pregunta. ¿Tiene alguna explicación a su infarto?

"Me di cuenta de que lo mío fue traumático al recibir mensajes del Rey, de Del Bosque..."
"A mí me ha salvado la vida la ciencia; ¿por qué ahora voy a ser más religioso?"

Respuesta. Si es que no la hay... Mi organismo funciona con normalidad, no hay ninguna anomalía. Me sentí raro en el descanso, me quité la camiseta térmica y como me sentí mejor, seguí. Cuando me hicieron las pruebas en el hospital, no vieron la causa por la que se cerró la arteria [los médicos le colocaron un stent, un muelle que la mantiene abierta]. A mi padre le dio un infarto hace 20 años, pero está bien. Aparte, tras lo que pasó con Antonio Puerta, me habían hecho un control exhaustivo del corazón. Lo tenía todo perfecto. Los médicos me dan a entender que hice un esfuerzo que el corazón no aguantó.

P. Usted piensa que es porque el fútbol es ahora más físico.

R. Sí, sobre todo en Segunda. En los últimos años las preparaciones físicas ya me iban costando, me daba cuenta de que a mi cuerpo le costaba más. Cada vez se exige más físicamente.

P. Lawal, del Atlético Baleares, en Segunda B, se desplomó hace dos semanas por una lipotimia en el campo del L'Hospitalet. No había ni ambulancia.

R. ¡Es que un desfibrilador cuesta 1.500 euros! Los mismos Ayuntamientos, las mismas Diputaciones, se pueden hacer cargo de esos gastos para tener un aparato de esos en un polideportivo, en un campo de fútbol... No en uno profesional, ¡en uno de cualquier barrio! No les supone nada. Si a mí me han salvado la vida, ¿por qué no se la van a salvar a toda esta gente que hemos perdido? En Segunda B ya lo han aprobado y en Tercera están a punto de hacerlo.

P. Los que llevan mucho en la trinchera son Tomás Calero, el médico del Betis, y José Ignacio Garrido, el del Salamanca.

R. Les debo mi segunda vida. Al principio, nadie entendió la velocidad con la que actuaron. Con el tiempo, hablando con el doctor Calero me enteré que lleva 15 años dando cursillos de reanimación cardiaca. ¡15 años! El hombre, en cuanto vio la manera en que caí, ya sabía lo que estaba padeciendo. Eso permitió que actuaran con una rapidez tremenda. No dio tiempo a nada, solo pasaron 20 segundos en los que estuve en parada cardiaca. No respiraba ni nada. Gracias a lo poco que tardaron en saber lo que me pasaba, a que fueron directos, estoy aquí. Incluso evitaron que sufriera daños cerebrales.

P. Cuando se desplomó, ¿quiso avisar de lo que le pasaba?

R. No me dio tiempo a nada, ni me acuerdo de nada. Solo sé que me desmayé. Me desperté en el campo, cuando me reanimaron, y ya ahí me di cuenta de la importancia de la lesión. Que el fútbol se me había acabado.

P. Intentaron meterle un tubo por la boca. Estaba tan rígido que los médicos creyeron que le iban a partir los dientes.

R. Sí, tengo dos muelas astilladas de hacer fuerza. Se ve que estaba en un estado de shock en el que no me podían abrir la boca para meterme el tubo de Guedel

[evita la caída de la lengua y la consiguiente obstrucción del paso del aire]. Solo he visto una vez las imágenes y mejor no volver a hacerlo.

P. ¿Cuántos medicamentos ha pasado a consumir?

R. Cada día tomo siete pastillas, para la tensión, para el estómago, para que la sangre vaya más fluida, para controlarlo todo. Me hace estar más cansado, y el estómago va notando las siete pastillas diarias. Pero bueno, a ver si me las van rebajando.

P. ¿Ha vuelto a ver fútbol?

R. ¡Por supuesto! Ya he ido al estadio de El Helmántico. El Salamanca-Albacete fue muy especial, coincidió con mi primera salida. Me hicieron un homenaje... Trato de hacer lo mismo que antes, sigo la misma rutina que tenía. Si hay un partido por televisión, ¿por qué no lo voy a ver? Mi vida no ha cambiado en absoluto, tengo los mismos conceptos, lo único es que lo que antes podía practicar ahora no puedo. Por lo demás, todo sigue igual. Doy paseos, lo típico de una enfermedad de estas. Hasta puedo comer de todo. La carne me gusta mucho, cualquier comida que vaya con carne...

P. ¿Qué le pareció que coincidieran, en día y hora, su despedida y la de Rubén de la Red?

R. La verdad es que fue... Yo ni lo sabía, me enteré cuando llegué a casa y vi los informativos. ¡Me compararon con él! Que si uno con una despedida tan emotiva y otro con tanta frialdad... Joder, ¿qué vas a llorar? ¡Si estás vivo! A eso es a lo que tienes que dar gracias. Que estás vivo y que encima estás en el Real Madrid. Que tienes la vida resuelta. No podrás jugar al fútbol, pero tienes otras cosas, a tu familia, a tus hijos... A partir de ahora, vas a poder disfrutar más de ellos. No tienes la necesidad de otra persona, de alguien que no haya podido ganar el dinero que ha ganado De la Red, con los años que tiene... Es que se tiene que sentir un privilegiado, además sabiendo que él no tiene nada. Yo sí que he tenido. Él, no. Le dio un síncope, pero no le han detectado nada. A mí sí que me dio. Con lo cual, más motivo para estar contento en su caso. Yo me considero un privilegiado, porque con 31 años he vuelto a nacer.

P. ¿Han hablado?

R. No lo hemos hecho. Pero todos los mensajes y llamadas que he tenido han sido súper emotivos, porque son de gente que no esperas. Gente importante, por ejemplo Vicente del Bosque, el Rey, políticos... Ahí me di cuenta de que lo que me sucedió fue algo traumático.

P. ¿Cómo afronta el mañana?

R. Con optimismo y entereza, porque es lo que hay. Mi intención es seguir ligado al fútbol. Lo voy a intentar, de la manera que sea, como secretario técnico, director deportivo...

P. ¿Es ahora más religioso?

R. A mí me salvó la vida la ciencia. Con lo cual, si antes no era creyente, ahora no tengo por qué serlo.

Miguel García, en El Helmántico.
Miguel García, en El Helmántico.CLAUDIO ÁLVAREZ

Athletic-Barça, el duelo más copero

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Sobre la firma

José Marcos
Redactor de Nacional desde 2015, especializado en PSOE y Gobierno. Previamente informó del Gobierno regional y casos de corrupción en Madrid, tras ocho años en Deportes. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster de Periodismo de EL PAÍS. Trabajó en Starmedia, Onda Imefe y el semanario La Clave.
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