El legado de Miguel de Molina recala en Málaga
"Miguel de Molina nunca se olvidó de Málaga. En su casa de Buenos Aires, seguía viviendo en Andalucía. Fue un espíritu adelantado a su época. Meses antes de morir, a los 84 años, seguía siendo un artista de raza. Su segundo nombre bien podría haber sido provocación". Así recuerda Alejandro Salade, sobrino-nieto del artista, que regresa a su ciudad natal 17 años después de su muerte, a través de un centenar de objetos privados expuestos en el Museo del Patrimonio Municipal.
La genial figura y la tumultuosa vida de Miguel de Molina (Málaga, 1908-Buenos Aires, Argentina, 1993) se recrean desde la semana pasada en decenas de fotografías, dedicatorias, carteles de teatro y cine, prendas de vestir o documentales. Pertenencias con las que la Fundación Miguel de Molina ha organizado la exposición Arte y provocación, que se podrá visitar hasta el 9 de enero.
Según Salade, que a la muerte de su tío-abuelo se encargó de conservar sus más queridas pertenencias, "la exposición es solo una parte de su legado": aquellos objetos que atesoró durante décadas en su casa bonaerense de Belgrano, un evocador chalé con aire andaluz y un mosaico con virgen en su cancela. Y de esa casa, en la que llegó a guardar más de un millar de fotografías y dedicatorias sale esta muestra.
Dedicatoria de Perón
Junto a imágenes de legendarias actrices como Libertad Lamarque o María Félix, cuelgan otras de Manolete, los galanes Luis Mariano o Florián Rey y de otras voces de éxito en la posguerra, como Lola Flores, Estrellita Castro, Imperio Argentina o Celia Gámez. "En nombre de los obreros a los que deleitas con tu arte", reza la dedicatoria al pie de una foto institucional del ex presidente argentino Juan Domingo Perón, a la que acompaña al lado otra de su esposa Evita.
Unas greguerías originales de Ramón Gómez de la Serna; un colorido dibujo de Rafael Alberti; una partitura dedicada de Manuel de Falla o varios poemas de Joan Manuel Serrat y Mercedes Sosa son otros de los documentos epistolares. "Nunca volvió a Málaga, de la que salió con 13 años. Hoy hace un paseo por ella para estar de nuevo con los malagueños", dijo su sobrino-nieto. Salade ha zanjado así la posibilidad de repatriar sus restos, como propusieron algunas autoridades provinciales cuando se celebró el centenario de su nacimiento en 2008.