_
_
_
_
_

El temporal batió marcas históricas con olas de hasta 18 metros

Los daños en los puertos pueden llegar hasta cinco millones de euros

Tras el paso devastador de Becky y con alerta naranja en el mar que obligó a permanecer amarrada por tercer día consecutivo a buena parte de la flota de bajura de A Coruña y Lugo, ayer fue día de empezar a echar cuentas de la factura de los destrozos del temporal. Se presume elevada, ya que las olas, con alturas récord de más de 18 metros, destruyeron infraestructuras en toda la franja atlántica y cantábrica de Galicia. En las instalaciones portuarias de la costa noroeste dependientes de la Xunta, la factura de los daños ya se cifra entre 3,5 y 5 millones de euros, según la evaluación avanzada por el presidente de Portos de Galicia, José Manuel Álvarez-Campana. Por otra parte, siguen sin resultados los rastreos por aire y tierra para localizar al septagenario que desapareció el lunes por la noche cuando pescaba con caña en las marismas de Baldaio, en Carballo.

La tormenta se llevó 164 metros de barandilla del paseo marítimo coruñés

En su visita a los puertos lucenses de Ribadeo y San Cibrao, el responsable de Portos destacó que un equipo técnico está "trabajando" en evaluar daños y diseñar "medidas urgentes para la recuperación" de las infraestructuras. "Para nosotros, lo prioritario después del temporal es recuperar la normalidad y garantizar la seguridad", insistió Álvarez-Campana.

Los puertos de Portocelo, Morás y San Cibrao, ubicados en Cervo (Lugo), han resultado los más afectados. Los daños son también "considerables" en O Vicedo, según la cofradía, ya que, entre desperfectos en infraestructuras terrestres y en embarcaciones, parte de la escollera quedó derrumbada y un pantalán partió en dos. Muelles y barcos también resultaron dañados en el litoral norte de A Coruña, en el puerto de Espasante o en el de Cariño.

Mientras, la Autoridad Portuaria de A Coruña aplazó hasta hoy el balance de los daños en la dársena exterior de Punta Langosteira, donde el mar arrastró 200 metros del dique de abrigo del puerto en construcción destinado a albergar petroleros. En esta agreste zona de la costa coruñesa, muy expuesta a los temporales, el oleaje volvió a batir récords en la noche del lunes al martes. La boya costera instalada en Punta Langosteira arrojó valores que superaron los diez metros de altura significativa -la media de las olas más altas durante media hora. Hubo olas individuales de hasta 18 metros, según el balance de Puertos del Estado, lo que confirma la impresión de los marineros de larga experiencia: pocas veces vieron un mar tan embravecido.

El oleaje fue, según Puertos del Estado, uno de los cinco más severos de la última década, registrándose los valores más elevados en Cabo Vilano-Sisargas, con olas de hasta 11,6 metros de alto de media, en Cabo Silleiro (10,7) y en Punta Langosteira. Subió el nivel del mar también más de lo habitual, sobre todo al coincidir el oleaje con la pleamar de las seis de la madrugada del martes.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

El temporal dejó también un reguero de desperfectos en playas y pasarelas marítimas, que quedaron en algunos casos completamente destruidas. El Ayuntamiento de A Coruña aún está calculando el coste de reponer 164 metros de la gruesa barandilla de piedra que el mar se llevó por delante en la céntrica playa de Riazor, además de bancos y farolas arrastrados por las olas.

Los grupos parlamentarios socialista y nacionalista presentaron sendas iniciativas ayer para que la Xunta habilite con carácter urgente ayudas para sufragar la reposición de las infraestructuras portuarias dañadas, las numerosas embarcaciones que sufrieron desperfectos y el mobiliario urbano y de los arenales arrasados. En numerosos rincones naturales de las costas coruñesa y lucense, amanecieron el martes con un amasijo de piedras y escombros arrastrados a tierra por el mar.

Auxilio para Man

El mar endiablado del último temporal arrasó con el museo de Man, el eremita alemán de Camariñas que falleció, dicen que de pena, tras la catástrofe del Prestige, hace casi siete años. El ayuntamiento de esta localidad de A Costa da Morte, enfrascada en calcular los múltiples daños que dejó Becky, se plantea pedir asesoramiento a Patrimonio y sobre todo a artistas para intentar una forma que permita recuperar ese peculiar santuario con rocas del mar que dejó Man en Camelle.

"Cada temporal que nos azotaba, él se encargaba de recuperar y reponer las piedras", cuenta el alcalde de Camariñas, Manuel Valeriano Alonso. "Pero ahora que ya no está", lamenta, "estamos desorientados y vamos a ver si a los artistas se les ocurre una manera" de restaurar el legado del eremita.

La diputada socialista Marisol Soneira, en su iniciativa en la que reclama a la Xunta una línea de ayudas para reponer los daños de este temporal, incluye la petición de "una acción específica de recuperación del Museo de Man". "Se trata de preservar el mayor y más significativo testimonio del Land Art en Galicia", apunta Soneira.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_