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Londres y París firman un nuevo tratado de cooperación militar

El recorte presupuestario fuerza la colaboración en defensa

El primer ministro británico, David Cameron, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, firmarán hoy en Londres un nuevo tratado de cooperación militar, según anunció ayer Cameron en los Comunes. A diferencia de los acuerdos impulsados hace 12 años por Tony Blair y Jacques Chirac en Saint-Malo, el nuevo acuerdo es estrictamente bilateral, pasando por encima de las ambiciones de lanzar la iniciativa de defensa europea de los acuerdos de 1998.

La diferencia es perfectamente coherente con la deriva nacionalista que ha ido adoptando desde entonces el debilitado movimiento federalista europeo y permite poner negro sobre blanco la doctrina del nuevo Gobierno británico sobre Europa, establecida por su responsable de Exteriores, William Hague, nada más hacerse cargo del Foreign Office: cooperación con Europa, sí; cesión de soberanía, no; preeminencia siempre de lo bilateral frente a lo comunitario.

El acuerdo es bilateral y pasa por encima de las iniciativas europeas
Según el Elíseo, los dos países simularán pruebas nucleares en Francia

Pero es también un reflejo de los tiempos de austeridad que viven las potencias occidentales, que les fuerza a compartir gastos ahí donde cada uno no puede pagar la factura. Y no deja de ser un reflejo del futuro que espera a todos y cada uno de los antaño poderosos Estados-nación europeos: cada vez tendrán menos peso por sí mismos, algo que hace inevitable la cooperación. Que esa cooperación sea bilateral o comunitaria dependerá siempre de los casos y de las circunstancias.

"Asociación, sí. Pero cesión de soberanía, no", subrayó Cameron al anunciar ayer por la tarde que el acuerdo se firmará hoy. El primer ministro no ofreció muchos detalles sobre la sustancia del acuerdo, más allá de explicar que se trata de incrementar la cooperación en áreas como el avión de transporte A-400M, el futuro avión cisterna estratégico y el uso conjunto de otros medios, "y al mismo tiempo ahorrar dinero". Y aseguró que se está trabajando también en una futura cooperación en asuntos nucleares.

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"Tenemos Ejércitos de un tamaño similar, de una estructura similar, los dos tenemos un sistema de disuasión nuclear, los dos países queremos mejorar nuestra capacidad soberana al tiempo que la hacemos más eficiente", añadió el primer ministro británico.

El Elíseo anunció esta madrugada que el tratado que hoy firmarán Sarkozy y Cameron contempla asimismo la realización de pruebas simuladas conjuntas de su arsenal nuclear a partir de 2014 en una instalación común situada en la región francesa de Borgoña, informa France Presse.

En declaraciones a la BBC, el nuevo jefe de las Fuerzas Armadas británicas, el general sir David Richards, dio la bienvenida a una mayor cooperación con el Ejército francés, pero puso en duda que ambos países lleguen a formar una brigada conjunta, como se ha especulado en los medios de Reino Unido. "Vamos a esperar a ver el acuerdo, pero creo que eso iría un paso más allá de lo que yo espero. Vamos a luchar en algo llamado fuerza expedicionaria conjunta, en la que podríamos trabajar juntos en el nivel de brigada, pero no dentro de la misma brigada", precisó.

Lo que no se sabe es si, en realidad, ambos países se disponían a formar una brigada conjunta y han dado marcha atrás, después de que se disparasen las alarmas en algunos tabloides londinenses que ya se habían apresurado a denunciar el peligro de que soldados británicos se pusieran a las órdenes de mandos franceses. Uno de esos habituales ataques de pánico de parte de la prensa británica, que tanto influye en alentar el euroescepticismo general del país.

Cameron recibió este fin de semana en su residencia campestre de Checkers a la canciller alemana, Angela Merkel. Todo indica que Merkel recibió garantías de que los británicos no torpedearán la reforma del Tratado de Lisboa que la canciller impuso la semana pasada en la cumbre celebrada en Bruselas. Cameron dará su apoyo a la reforma siempre y cuando esta solo afecte a los países del euro y, por tanto, no signifique una cesión de soberanía por parte de Reino Unido.

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