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El jefe del MI6 rechaza el uso de información obtenida bajo tortura

Sir John Sawers, jefe del Servicio de Inteligencia británico (el MI6), calificó ayer de "detestable" el uso de la tortura y aseguró que su agencia no pasa información a otros servicios secretos cuando cree que esta puede ser utilizada para torturar a alguien, aunque eso incremente la posibilidad de un atentado.

En una histórica conferencia en la Sociedad de Editores en Londres, la primera en público de un jefe del MI6 -fundado en 1919, pero cuya existencia no fue reconocida por el Gobierno hasta 1994-, Sawers reivindicó la necesidad de que el servicio de espionaje pueda actuar en secreto.

Las palabras de sir John sobre la tortura se producen solo días después de que se haya acusado al Ejército británico de interrogar a sospechosos en Irak con sistemas que parecen chocar con la Convención de Ginebra. Y coinciden también con una investigación en marcha para esclarecer hasta qué punto el servicio secreto supo que un británico detenido varios años en Guantánamo, Binyam Mohamed, fue interrogado bajo tortura.

Dilemas reales

"No podemos trabajar solo con democracias amigas", señaló el jefe del MI6, que se ocupa del espionaje en el exterior, mientras el MI5 cuida de la seguridad en el interior de Reino Unido. "Supongamos que recibimos información de inteligencia creíble que puede salvar vidas, aquí o en el extranjero. Tenemos el deber profesional y moral de actuar. Normalmente queremos compartir esa información con aquellos que pueden salvar esas vidas. Pero también tenemos la obligación de asegurarnos de que todas las partes afectadas respetan los derechos humanos", explicó.

"Eso no es algo que esté siempre muy claro", prosiguió. "Y si retenemos la información, preocupados porque un supuesto terrorista pueda ser maltratado, ponemos en peligro vidas de inocentes que podrían ser salvadas. Estas no son cuestiones abstractas para cursos de filosofía o editoriales inquisitivos. Son dilemas operativos reales, constantes". Y concluyó: "La tortura es ilegal y detestable en todas las circunstancias, y no tenemos ninguna relación con ella. Si sabemos o creemos que una acción nuestra va a desembocar en torturas, la ley británica e internacional nos impide llevar a cabo esa acción. Y así lo hacemos, aunque signifique que la acción terrorista puede seguir adelante".

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