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La mayor crisis del Gobierno de Zapatero

Jáuregui: "Vamos a intentarlo y si es preciso, moriremos en el intento"

Luis R. Aizpeolea

"Vamos a intentarlo y si es preciso, aunque suene a melodramático, moriremos en el intento". Con estas palabras, que recuerdan al también dramático "cueste lo que me cueste", de José Luis Rodríguez Zapatero cuando se comprometió con las reformas impopulares, finalizó el nuevo ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, su presentación en su toma de posesión en La Moncloa. Fue el ejemplo final de los nuevos tiempos de comunicación que se viven en La Moncloa.

En muy pocas palabras, Jáuregui ofreció una explicación sencilla y comprensible de la crisis económica y sus efectos globales y reivindicó la política como necesidad imperiosa: "Vivimos uno de los grandes momentos de la historia de la Humanidad, con grandes cambios que reclaman más política que nunca". Jáuregui dijo que era necesaria para "regular la codicia financiera, frenar las expresiones de la ultraderecha en las democracias en Europa y defender el Estado de bienestar".

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A continuación, ofreció sintéticamente el plan del Ejecutivo para la nueva etapa: "No podemos quedarnos quietos. La tarea del Gobierno es trabajar con espíritu reformista, hacer las reformas necesarias con consenso y explicarlas para que entren en la sociedad para que sean más eficaces".

Jáuregui, pese a su ausencia de año y medio por su dedicación al Europarlamento, dijo que no había abandonado del todo la política nacional y que "en dos tardes, dos lecciones magistrales de Alfredo, me bastarán para ponerme al día".

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