Malos tiempos para el diálogo social. Al sonoro fracaso de la reforma laboral se suman ahora las elecciones de la CEOE. Inmersa como está la patronal en decidir quién será su próximo líder, ha resuelto aplazar otras tareas pendientes. Entre ellas la más importante: la reforma de los convenios.
La guerra de divisas se ha convertido en el, hasta ahora, último capítulo de la Gran Recesión que comenzó hace ya tres años. Y en esta nueva batalla no paran de entrar nuevos contendientes. Desde Berlín, la canciller alemana, Angela Merkel, echó más gasolina al fuego. Su portavoz aseguró que ni el yuan ni el dólar cotizan en los niveles adecuados.
Hace unos meses, en conversaciones privadas, los banqueros españoles se mostraban capaces de frenar la ola regulatoria europea sobre su actividad y sus retribuciones. Ahora ya no. Este poderoso lobby está convencido de que las ayudas públicas y los salarios escandalosos que se han conocido en entidades reflotadas les han convertido en un sector superregulado.