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Crónica:MUNDIAL DE MOTOCICLISMO | Gran Premio de Japón
Crónica
Texto informativo con interpretación

Lorenzo se juega el tipo

El triunfo de Stoner queda ensombrecido por el peligroso pique entre Rossi y el español, que fue cuarto y acaricia el título

Nadia Tronchoni

La competición es esto. Pelea. El deseo ardiente de ser el mejor. Y poder alardear de ello. Poder decirle a tu rival "te he ganado". Al parchís, a las canicas, al fútbol... ¡Qué más da! Lo importante no es participar. Lo importante es ganar. La batalla la ganó ayer Valentino Rossi. Pero la guerra ya la tenía ganada Jorge Lorenzo de antemano. Aun así, la parroquia le agradece que se enfundara el uniforme y no temiera mancharse. Los dos pilotos de Yamaha se enzarzaron en un mano a mano espectacular, un cuerpo a cuerpo innecesario. Tanto para uno, que no se juega nada, como para otro,que ya roza el título. Pero tan atractivo que ninguno fue capaz de rehusar el envite. La lucha ni siquiera era por la victoria. Rossi y Lorenzo se disputaban el podio en Motegi. Pero había mucho más en juego. El orgullo, entre otras cosas. La carrera quedó eclipsada por las dos últimas vueltas. La victoria sin paliativos de Casey Stoner, su segunda consecutiva, quedó ensombrecida por aquel ahora tú, ahora yo; te la devolveré, me la has jugado, me vas a tirar al suelo; hoy dejaré que me ganes. Dovizioso fue segundo y, tras una maravillosa pelea, Rossi subió al podio por delante de Lorenzo.

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El español había aguantado prácticamente toda la prueba a la rueda del italiano, que había estrenado el nuevo motor de la Yamaha, más potente. Lorenzo no lo había hecho: ese sexto motor consumía más que el viejo y pensaron que no aguantaría toda la carrera; además, explicó el piloto, se equivocaron en la elección del neumático blando. Todos los demás (excepto Hayden, 12º) calzaron gomas duras. Aun así, fue capaz de seguir la pista a Rossi, que había recuperado la tercera plaza, cedida al mallorquín en la salida.

Cuando faltaban dos vueltas para cruzar la meta, Lorenzo, líder del Mundial con un amplio margen (69 puntos) sobre el segundo clasificado, un convaleciente Dani Pedrosa, acechaba a su compañero de equipo. Había empezado a calcar los tiempos de Rossi. Y le volvió a recortar distancias, como cuando, a siete vueltas del final, hizo un intento frustrado de adelantarle. Volvía a situarse a escasas milésimas. E inició el ataque. Primero fue un interior en una curva a derecha, pero inmediatamente después Rossi se le echó encima y recuperó la posición en aceleración. Lorenzo hizo un segundo interior, esta vez a izquierda; en el siguiente giro, a derecha, Rossi le sacó de la trazada. Cruzaron la línea de meta. Última vuelta. A la salida del túnel, de nuevo, Lorenzo se lanzó al ataque. Pero Rossi no se rindió. Nunca lo hace. Siempre juega con todas sus armas. Y así fue: obligó al balear a levantar su Yamaha para evitar una desgracia. Tercer toque. Y fin de la historia. Al menos, por este domingo. "Jorge lleva todo el año diciendo que quería una pelea conmigo en las últimas vueltas, ¿no? Pues este soy yo en las últimas vueltas", dijo Rossi, nueve veces campeón del mundo, tras la carrera.

Lorenzo tendrá suficiente con sumar siete puntos o, lo que es lo mismo, entrar noveno la semana próxima en Sepang para proclamarse campeón siempre que, como es previsible, Pedrosa -operado el sábado pasado, en Barcelona, de una fractura múltiple en la clavícula izquierda- no precipite su regreso y no corra el GP de Malaisia. Lorenzo, que acaricia el título, no pudo resistirse a entrar en el juego que le propuso Rossi, su gran rival. Aceptó el reto. Tan arriesgado como divertido para el espectador. "Cuando uno pilota esta moto a 300 kilómetros por hora, no piensa en nada", concedía antes de la carrera. Lo demostró en la pista. No pareció acordarse de que se jugaba el tipo y el título.

"Ha sido espectacular. Es fantástico para la afición. Es divertido. Pero, cuando vas a 300, otro piloto te toca y estas a punto de caerte y hacerte daño, no es tan agradable", dijo después Lorenzo; "mis maniobras han sido limpias, pero no puedo decir lo mismo de las suyas, que, aun siendo legales, no me parecen correctas. El problema es que somos de la misma marca. Yo me estoy jugando el título; la fábrica, el Mundial". "¿Temió por su integridad?", le preguntaron. "Un poco", respondió. Y explicó que había tenido una reunión con los hombres fuertes de Yamaha, Masao Furosawa y Lin Jarvis.

Minutos después, Rossi fue reprendido por los directivos. "Las quejas de Jorge son justificadas. Hemos pedido a Valentino que adopte una actitud diferente hasta el final del campeonato. Esperamos que no vuelva a pasar. Esta no es la manera en que queremos ver correr a nuestros pilotos en ningún momento, pero menos a estas alturas. No nos gusta este estilo de conducción sucio", explicó Jarvis. Lorenzo es su presente. Y su futuro.

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Sobre la firma

Nadia Tronchoni
Redactora jefa de la sección de Deportes y experta en motociclismo. Ha estado en cinco Rally Dakar y le apasionan el fútbol y la política. Se inició en la radio y empezó a escribir en el diario La Razón. Es Licenciada en Periodismo por la Universidad de Valencia, Máster en Fútbol en la UV y Executive Master en Marketing Digital por el IEBS.

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