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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Guennadi Yanáyev, ex vicepresidente de la URSS

Participó en el intento de golpe de Estado contra Gorbachov en 1991

Pilar Bonet

Guennadi Yanáyev, ex vicepresidente de la URSS, falleció ayer en Moscú a los 73 años, a causa de un cáncer de pulmón. Al recordar a ese personaje, participante en el intento de golpe de Estado contra la política del presidente Mijaíl Gorbachov, lo primero que viene a la memoria son sus manos. Aquellas manos temblorosas con las que apareció el 19 de agosto de 1991 en compañía de los otros conjurados. Todos ellos eran altos funcionarios de la URSS que intentaban impedir la firma -prevista para el 20 de agosto- de un acuerdo entre varias repúblicas de la Unión Soviética para formar una nueva estructura renovada del Estado, que ellos consideraban fatal para el mismo.

Las manos de Yanáyev aquella tarde de agosto revelaban la precariedad de la empresa para salvar el último imperio del siglo XX. Era una aventura mal organizada, que de hecho precipitó el derrumbamiento del Estado y había sido tramada sobre todo por el presidente del KGB (Comité de Seguridad del Estado), Vladímir Kriuchkov, el ministro del Interior, Borís Pugo, y el responsable de la industria de Defensa, Oleg Baklánov. Tan solo el 18 de agosto por la noche Yanáyev supo de los planes de los otros conjurados que pasaron horas tratando de convencerlo para que participara. Yanáyev se unió a la conspiración de madrugada y tuvo en ella un papel secundario. Formalmente, sin embargo, fue su principal protagonista. Durante tres días se convirtió en presidente en funciones de la Unión Soviética, al sustituir a Gorbachov, al que declaró enfermo e imposibilitado para desempeñar sus funciones. Con la vuelta de Gorbachov desde Crimea y el fracaso del golpe, Yanáyev fue arrestado el 22 de agosto y acusado de traición al Estado. El juicio contra él y otros 11 detenidos se pospuso hasta mayo de 1993, cuando la URSS ya había dejado de existir. En febrero de 1994 fue amnistiado por la Duma estatal de Rusia (el Parlamento).

Durante tres días fue presidente en funciones de la Unión Soviética

Yanáyev, que había hecho carrera en el Komsomol (las juventudes comunistas) y posteriormente en los sindicatos soviéticos, no fue un "primer espada", ni en el golpe ni en la dirección del Estado. Sí fue un burócrata leal, un hombre del aparato con experiencia internacional, al que Gorbachov recurrió cuando trataba de reforzar su base de poder frente a los conservadores del partido y buscaba funcionarios cómodos en quien apoyarse. Yanáyev, que llegó a dirigir los sindicatos en 1990, fue miembro del Politburó (máximo organismo colegiado de la dirección del partido comunista) de julio de 1990 a enero de 1991. En diciembre de 1990, Gorbachov lo declaró su candidato a la vicepresidencia, pero el Congreso de los Diputados Populares (el super-Parlamento soviético) lo rechazó en primera vuelta y solo la insistencia del presidente logró que fuera su elección en una segunda vuelta.

Agosto de 1991 marcó su vida. A diferencia de otros golpistas, renunció a la vida pública. Su último empleo fue el de responsable de la cátedra de Historia en la Academia Internacional de Turismo de Rusia. Fue "una buena persona que conocía bien su trabajo, sobre todo en el campo internacional", dijo de él Anatoli Lukiánov, ex jefe del Parlamento soviético.

Guennadi Yanáyev, en una rueda de prensa el 19 de agosto de 1991.
Guennadi Yanáyev, en una rueda de prensa el 19 de agosto de 1991.AFP

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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