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Los padres amenazados con multas plantan cara a Educación

Los padres de los 18 alumnos del colegio de educación Infantil y Primaria de Doiras, en el municipio de Cervantes, trasladaron ayer su protesta por la supresión del servicio propio de cocina a Lugo, donde se concentraron durante una hora ante la sede del edificio administrativo de la Xunta. Los promotores de la protesta, que llevan dos semanas sin enviar a sus hijos a clase, recibieron en esta ocasión el respaldo de decenas de vecinos de este municipio de la alta montaña de Lugo, a los que se unieron representantes de varios sindicatos y formaciones políticas.

En el transcurso de la concentración simbolizaron un entierro del servicio de comedor, en tanto que los niños que se trasladaron desde Cervantes desplegaron los conocimientos musicales que reciben como actividad extraescolar los sábados, hasta ahora el único día que pisan el colegio en este curso, haciendo sonar varias gaitas y distintos instrumentos de percusión.

Aunque esta semana la Consellería de Educación activó el protocolo por absentismo escolar, que se puede traducir en sanciones a los padres que van desde 1.500 a 6.010 euros, los progenitores no tienen intención de dar marcha atrás en sus movilizaciones, lo que supone que los niños continuarán sin ir a clase y se concentrarán ante el colegio en días alternos. "Quieren amedrentarnos y nosotros lo que queremos es dialogar con el conselleiro de Educación [Jesús Vázquez]. Mientras tanto, continuaremos con nuestras movilizaciones", advirtió Dolores Ramos, portavoz de los padres.

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