La ceremonia oficial rehúye la polémica y rinde homenaje al catalán
La ceremonia de la Diada, en el parque de la Ciutadella, brindó un homenaje a todas las variantes del catalán y rehuyó así cualquier atisbo de polémica. Tras el convulso acto del año pasado, cuando militantes de Iniciativa (ICV-EUiA) boicotearon a la cantante israelí Noa, por haber defendido la política de su Gobierno, los partidos pactaron un acto en el que no hubiera conflicto: un homenaje al catalán con actuaciones de intérpretes de l'Alguer, el Rosselló y de Valencia. A diferencia de a la ofrenda, el Partido Popular sí que asistió al acto.
Bajo un sol de justicia, que provocó más de un desmayo, en el escenario se sucedieron una decena de actuaciones en las que se rindió también tributo a la Nova Cançó por parte de Josep Maria Espinàs. Entre otros, la actriz Sílvia Bel leyó un texto de Fragment de Notícia de Catalunya, de Vicens Vives; Toti Soler, acompañado de la colla sardanista Mare Nostrum interpretó una original sardana-flamenca y Andrés Corchero bailó la Jota de Jotas.
Medalla de Oro
Por la tarde, el presidente José Montilla entregó la Medalla de Oro de la Generalitat al Institut d'Estudis Catalans (IEC) por su servicio a la cultura catalana durante más de un siglo, y a la abadía de Poblet.