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Reportaje:

Biografía de una cárcel

Un libro recorre los más de cien años de existencia de La Modelo de Barcelona poniendo el énfasis en las dramáticas historias de sus presos

"Pensió Model. Quart 38. No hi ha ascensor". Al joven anarquista Carles Bort aún le quedaba humor en las cartas que escribía a su familia desde la prisión Modelo de Barcelona, donde pasó varios meses en 1920. Nada más salir, fue víctima de un atentado de pistoleros del sindicato de la patronal del que se salvó por los pelos, pero acabó muriendo tres años después, tras asistir como soldado al desastre de Annual, de una tuberculosis probablemente contraída en la cárcel. Es una de las muchas vidas que transitan por La Modelo de Barcelona. Històries de la presó, la peculiar biografía de una cárcel que ha escrito la periodista Rosario Fontova después de más de un año de investigación en diferentes archivos y de bucear por las biografías, libros de historia y recuerdos de antiguos penados.

"Es un espejo de Barcelona, lo que pasaba en sus calles se reflejaba dentro"

El libro es como un índice de 1.000 novelas. Algunas corales, como la que podría explicar la manera en que los anarquistas transformaron la prisión en la década de 1920 en "la universidad de los pobres" montando allí conferencias y clases en las que salían más libertarios y conscientes de lo que habían entrado. Otras, muchas, serían individuales, retazos de vidas perdidas como la de Martín Martí, ejecutado en el patio de la prisión en 1922 por el asesinato de un fabricante de Sabadell. Antes de morir pidió casarse con su novia y, tras la boda, le entregó los juguetes de madera que había tallado para su hijo en su celda. Historias de chorizos y pendencieros, de ladrones de guante blanco y de parricidas, de presos políticos de todos los bandos, de pintores que decoraron sus paredes y de poetas que glosaron su desgracia, de injusticias, de represiones, de fugas, motines y reivindicaciones. "Me interesaba reflejar no solo la historia del edificio, sino también de la gente que lo ha habitado", comenta Fontova, para quien "La Modelo es un espejo simétrico de Barcelona, lo que pasaba en sus calles se reflejaba inmediatamente en la cárcel".

El libro, editado por el Departamento de Interior de la Generalitat, sigue un recorrido cronológico organizado por ámbitos temáticos y, con diseño de Ramon Sauló, está ampliamente ilustrado con fotografías actuales de Rafael Vargas -que reflejan la arquitectura y organización interna del centro, pero también el mal estado de conservación del edificio-. El volumen se completa con un amplio apartado documental con imágenes históricas de autores como Centellas, Cabriel Casas y Pepe Baeza.

La obra aborda la prisión desde todas sus facetas. La urbanística y arquitectónica enlaza con el nacimiento del Eixample -la prisión se inauguró en 1804 tras 16 años de obras y a medio acabar- y su monumentalización inicial con edificios como la Universidad de Barcelona y el Palacio de Justicia. La de funcionamiento refleja cómo desde el primer momento quedó obsoleto el intento de hacer un proyecto modélico debido a la falta de medios, la superpoblación endémica -estaba pensada para 820 presos y ha llegado a albergar, tras la guerra, más de 13.000; ahora hay unos 1.800- y unas instalaciones en las que, por ejemplo, nunca han podido erradicarse las chinches.

En principio, está previsto que esta prisión al límite de sus posibilidades se cierre en los próximos años, ya que está en marcha la construcción de un nuevo centro penitenciario de preventivos en la Zona Franca. El edificio se cederá a la ciudad, que tiene previsto mantener cuatro de las seis galerías adaptándolas a usos sociales y rodearlas de espacio verde. Es un tema polémico. Algunos, como Pere Portabella, querrían verla demolida: "Este edificio no merece ser recordado".

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Los hitos

Más de 100 años de La Modelo dan para muchos hitos.

- Ejecuciones. Ha habido unas 40 ejecuciones entre sus muros. La primera fue la de Joan Rull, en 1908, un anarquista que después fue confidente de la policía; la última la de Salvador Puig Antich, en 1974.

- Motines. Han sido numerosos desde el primero, en 1906. En los de las décadas de 1020 y 1930, los anarquistas destruyeron la documentación del presidio. El más violento fue el de 1977, organizado por la coordinadora de presos comunes (COPEL) y en el que se destrozaron la mitad de las celdas.

- Personajes.Muchos. Desde los represaliados políticos por distintas causas, como Jordi Pujol y Pere Portabella, a presos comunes como el empresario Javier de la Rosa y José Moreno Cuenca, El Vaquilla

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