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Reportaje:Días de diversión

La banda sonora de San Sebastián

Cobeaga fue el gran ausente al no poder lograr un vuelo desde Madrid - Los cuatro cineastas pregoneros se marcaron unos pasos de baile con el 'Artillero'

Con una escenografía digna de una película de antaño, torre fortificada y soldados con tupidos mostachos y sus mejores galas, el tradicional cañonazo volvió a inaugurar ayer tarde la Semana Grande donostiarra. Lo hizo después de que se entonase lo que podría considerarse como la banda sonora de la película, el Artillero dale fuego, precisamente con cuatro cineastas guipuzcoanos que incluso se atrevieron a marcarse unos breves pasos de baile.

Y es que a falta de los aires aventureros de Edurne Pasaban, que se cayó del cartel a última hora debido a un problema familiar, los cineastas Jon Garaño, Jose Mari Goenaga, Ione Hernández y Pablo Malo fueron los encargados de inaugurar la semana de diversión. "El cine es parte de la esencia de San Sebastián, los directores de cine nos pegan más", defiende Arrate, una recién estrenada madre que aspira a que su hija sea de las que viven el festival de cine de la ciudad.

"El cine es parte de la esencia de San Sebastián", decía una asistente

"Componer una banda sonora para una película o el Artillero son igual de difíciles", explica con diplomacia Malo. Eso sí, reconoce: "Estoy más a gusto con las bandas sonoras". El pánico escénico desapareció en cuanto comenzó la canción, que Malo compartió con sus otros tres compañeros de profesión.

El gran ausente de la cita fue el quinto pregonero, el también realizador Borja Cobeaga, quien no pudo llegar a San Sebastián víctima de la sobreventa de billetes de avión. El director logró un pasaje para otro vuelo, pero finalmente fue cancelado por falta de pasajeros. Cobeaga recordaba ayer a EL PAÍS: "Precisamente mi última película va de esto". El director se ha tenido que quedar en Madrid, donde vive, sin el pretexto que le iba a permitir reencontrase con su familia, a la que no ve desde hace tiempo. "Normalmente estas cosas te pasan y luego haces la película, no es al revés como ahora", se lamenta.

El olor a pólvora del cañonazo del artillero mayor, Luis Mocoroa, puso fin a la inauguración de las fiestas, que transcurrió con la misma tranquilidad de casi todos los años. Al chupinazo más familiar y turístico de Euskadi no faltaron ni representantes institucionales, ni el alcalde, Odón Elorza, acompañado por los actores Pepón Nieto y Anabel Alonso, que estos días interpretan en la ciudad la comedia teatral Sexos y se acercaron a los jardines de Alderdi Eder para presenciar el inicio de las celebraciones.

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A pesar de la crisis, el 15% de reducción del presupuesto de fiestas donostiarras se asemeja a un michelín bien disimulado. La necesidad agudiza el ingenio, que ha posibilitado que, a pesar del mal trago que están pasando las arcas públicas, se contabilicen 327 actividades, un récord logrado gracias a la ayuda de las asociaciones y clubes deportivos que participan en las fiestas y a un apretón del cinturón en los conciertos de Sagüés.

Sin embargo, estos son precisamente uno de los puntos fuertes del programa, según insistía el Ayuntamiento. Los conciertos serán, un año más, el principal aliciente de las fiestas donostiarras junto con los fuegos artificiales y las actividades programadas en el Kursaal.

El tradicional disparo del cañón abrió un año más la Semana Grande de San Sebastián.
El tradicional disparo del cañón abrió un año más la Semana Grande de San Sebastián.JAVIER HERNÁNDEZ

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