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Reportaje:Fútbol internacional

Un poco más de Wenger

El técnico francés, de 60 años, renueva por el Arsenal hasta 2014

Jordi Quixano

Hace dos semanas, recibió a un periodista del The Sunday Times británico en su amplio despacho de London Colney, ciudad deportiva del Arsenal. El técnico Arsène Wenger (Estrasburgo, Francia; 1949), poco dado a las entrevistas, atendió al reportero al son del repiqueteo de su pluma sobre la mesa. Y habló sin tapujos. "Yo no soy como Sir Alex Ferguson; no delego tanto en mis ayudantes porque me gusta tomar las decisiones", aclaraba. Y añadió: "Por otro lado, me encanta seguir en contacto con el césped y con mis chicos. Cuando pierda esa ilusión, me iré. Pero eso no pasa por mi cabeza". Ayer, ratificó las palabras con su firma, con la renovación como entrenador gunner hasta el final del curso 2013-2014.

El entrenador suma 14 temporadas en el Emirates y un total de siete títulos
"Creedme cuando digo que estos jugadores están preparados para conseguir resultados"

Jugador discreto, a Wenger se le ha dado mejor la pizarra que las botas. Arsène comenzó su andadura en el banquillo del Nancy en 1987. Prosiguió en el Mónaco y, tras ganar una Liga y una Copa, se marchó en 1994 al Nagoya japonés. Pero pronto le llamó el Arsenal, hace ya 14 temporadas. "Más allá de los títulos", señala Wenger; "estoy orgulloso de nuestro estilo. Hemos mantenido una forma de ser, actuar y jugar reconocible en todo el mundo". Así lo entiende el presidente del Arsenal, Peter Hill-Wood, que prolongó el contrato de su técnico, con siete laureles desde que llegó a Highbury (ahora Emirates Stadium), por más que el último trofeo gunner data de 2005, la FA Cup, y postrera final, en la Champions azulgrana de 2006. Lejos queda la temporada 2003-2004, cuando el equipo, apodado entonces Invencible, obtuvo el doblete con la Premier y la Copa, sin perder partido alguno. Precisamente, la falta de éxitos ha sido el principal y recurrente argumento de sus jugadores para pedir el exilio. Ejemplo claro el de Cesc, que pretendía recalar este año en el Barça. Pero Wenger, tan buen técnico como orador, le convenció de lo contrario. "Ya estáis maduros", le argumentó; "ganaremos algún título".

Lo mismo expresó ayer a través de la web del club. "Firmar un nuevo acuerdo significa que puedo ver a este talentoso grupo de jugadores alcanzar su potencial. Creedme cuando digo que están preparados para conseguir resultados", advirtió. Lo dice porque no solo ha retenido a Cesc, sino que ha mantenido a la columna vertebral del equipo: a los defensas Sagná y Clichy; a los medios Song, Diaby, Nasry y Arshavin; y a los delanteros Van Persie y Walcott. El fichaje del curso, el francés de raíces marroquíes Marouane Chamakh, un ariete llegado del Burdeos que garantiza un saco de goles por temporada. Queda por ver, en cualquier caso, qué futbolista joven brilla con luz propia durante el año, como siempre, distintivo del sello Wenger.

El Arsenal se bate hoy en su estreno de la Premier con el Liverpool en Anfield (17.00 horas. Canal+). Pase lo que pase, queda Wenger para rato. "Estamos muy contentos con su decisión. Es un técnico que ha transformado al club, un entrenador talentoso preparado para dirigir al equipo en las competiciones de más alto nivel", convino Hill-Wood. Responde Wenger: "Mi corazón pertenece al Arsenal y deseo ver a este equipo ganar trofeos". Con rivales como el Chelsea, el Liverpool o los dos de la ciudad de Manchester, el Arsenal no lo tendrá fácil. Pero ya se lo dijo a Cesc: "Estamos maduros". Y si falla, le quedan otros tres años para tratar de conseguirlo.

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