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Reportaje:JORNADAS SOBRE EL JUEGO Y LA GUERRA | verano

Almedinilla, una de íberos y romanos

¿Harto del calor? Póngase una toga romana. Es liviana, elegante y también disimula las secuelas de los excesos gastronómicos estivales. Además, queda de fábula en las cenas al modo imperial que estos días se celebran en Almedinilla, el municipio de la Subbética cordobesa con más sabor latino. Desde ayer y hasta el próximo domingo se celebran las terceras Jornadas Iberorromanas que llenan las calles del municipio con mercaderes del siglo I, legionarios del Senado, luchadores y mucha, mucha comida guisada con recetas inspiradas en la época.

Que esta fiesta se celebre en Almedinilla no es una casualidad. El municipio guarda dos tesoros catalogados como Bien de Interés Cultural (BIC) por la Junta: el poblado íbero del Cerro de la Cruz y la villa romana de El Ruedo. El carácter didáctico de las visitas que durante todo el año se desarrollan en estos yacimientos impregna también la celebración de estas jornadas, que acogen varias conferencias especializadas. Aunque lo lúdico siga siendo lo más importante.

Y es que este año el tema monográfico que sirve de eje es ludi et belli, el juego y la lucha. Así que habrá un poco de todo y para todos. Desde pasacalles y juegos para los más pequeños, a exhibiciones de lucha grecolatina o montajes que explican en qué consistía un campamento romano. "Queremos que todo el mundo se sienta interesado, que nos visiten familias con niños", señala el alcalde del pueblo, Antonio Cano.

Si al visitante le da por lucir una toga en sus paseos callejeros por Almedinilla estos días, no desentonará demasiado. Pero donde la prenda es casi obligatoria es en las cenas romanas. Allí, tocados con coronas de laurel, los comensales pueden degustar las delicias salidas de las recetas de Marcus Gavius Apicius, erudito del siglo I que recopiló los mejores platos de su época. Desde hace unos años, Almedinilla celebra degustaciones que son amenizadas con pequeñas piezas teatrales. Eso sí, los clientes no comen reclinados, como se hacía en época romana, sino sentados a la mesa. Y con cuchillo y tenedor.

Otra de las novedades de esta edición son las visitas nocturnas y teatralizadas al yacimiento del Cerro de la Cruz o a El Ruedo. Es decir, serán los propios habitantes íberos los que expliquen a los turistas en qué consiste su vida allí. "Son visitas casi interactivas, donde se puede hablar y tocar", destaca el alcalde. "La mayoría de las personas que participan en estas actividades son vecinos de Almedinilla que se preparan a través de talleres y cursos", concluye Cano.

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