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Cuando el ADN delata a los terroristas

El País

Recoger colillas de cigarrillos que un sospechoso ha dejado en el suelo, vasos en los bares o incluso restos de algún escupitajo se ha convertido en un elemento habitual de la lucha contra ETA. Desde 1998, la Ertzaintza realiza sus propias pruebas de ADN. "Antes hacía falta una muestra de sangre del tamaño de un garbanzo para una identificación. Hoy en día podemos resolver casos con muestras microscópicas", explicó meses atrás a este periódico el responsable de la Unidad de Policía Científica (UPC) de la Ertzaintza.

No es ni mucho menos la primera vez que el ADN delata a un etarra. Mikel Karrera Sarobe, jefe de comandos hasta su detención en mayo, Manex Castro, Iurgi Garitagoitia, o Arkaitz Goikoetxea, son algunos de los ejemplos más recientes.

Las defensas suelen intentar cuestionar la validez de la muestra o sembrar dudas en torno a la cadena de custodia. En 2005, una sentencia del Tribunal Supremo anuló una condena a un acusado de participar en la quema de un autobús en Berango al cuestionar el procedimiento en que se había obtenido la muestra -se cotejó la huella dejada en una capucha encontrada en el lugar de los hechos con un escupitajo del implicado, recogido con un hisopo del suelo por un ertzaina en el calabozo-. El Supremo consideró entonces que el análisis no era válido porque no había habido control judicial en la obtención de la muestra.

Sin embargo, según informa Vasco Press, otra sentencia dio validez a la condena impuesta a una mujer que amenazó por carta a dos consejales del PSE en Guipúzcoa. La Ertzaintza analizó la saliva con la que se pegaron los sellos y comparó el ADN con el de una colilla de cigarrillo desechada por la acusada. El Alto Tribunal estableció que la policía judicial puede recoger restos genéticos o muestras biológicas abandonadas por el sospechoso sin autorización judicial.

También hace falta recurrir a la astucia en ocasiones. El Juez Fernando Grande Marlaska consiguió el pasado viernes una muestra del ADN de Gurutz Agirresarobe supuesto asesino de Joseba Pagazaurtundua al recoger el botellín de agua que este solicitó en sede judicial tras negarse a someterse a una prueba genética.

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