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Argentina corta el gas a las grandes empresas por la crisis de suministro

Los expertos denuncian falta de inversiones para hallar nuevos yacimientos

Soledad Gallego-Díaz

El intenso frío que caracteriza este invierno en Argentina, con más de 11 provincias bajo cero, ha generado un problema secundario en todo el país: la escasez de gas. Tanto el suministro de bombonas como el de gas natural por cañería experimentan desde hace semanas grandes altibajos, hasta el extremo de que el Gobierno ha organizado cortes sistemáticos en el abastecimiento a más de 300 grandes empresas, fuertes consumidoras de energía, a fin de evitar protestas en los hogares.

La Unión Industrial de Córdoba, por ejemplo, denunció ayer "cortes casi totales" en todo el sector industrial de la provincia. Uno de los dirigentes de la organización empresarial, Ercole Felipa, explicó que la crisis energética que padece el país es consecuencia, no solo de un mayor consumo, sino también de una falta notable de inversión en explotación y producción. El Gobierno, por su parte, mantiene que el consumo privado está garantizado con el aumento de importaciones de gas a Bolivia y reconoce exclusivamente una "falta de garrafas" a nivel de distribución comercial. En Argentina, el gas supone el 50% de las necesidades energéticas, incluido uno de cada cinco vehículos de motor.

El invierno dispara el consumo y la industria ya habla de crisis energética

El precio de la bombona de 10 kilos (el combustible más utilizado por los sectores más pobres) ha pasado de 16 pesos a entre 30 y 60 pesos (de tres a entre seis y 12 euros). El consumo de energía está fuertemente subvencionado por el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, que ejerce el control sobre las tarifas. Al margen de las dificultades provocadas por la ola de frío, varios expertos vienen señalando un creciente déficit energético estructural. Según el presidente del Instituto Argentino de Energía General Mosconi (una entidad privada), Jorge Lapeña, "cada vez se produce menos y cada vez se importa más". Según Lapeña, no existe suficiente inversión privada ni créditos para nuevos proyectos, "porque el sector energético, con tarifas subsidiadas, es un demandante gigantesco de fondos públicos".

La consultora Econométrica, SA, hizo público este mismo mes un informe elaborado por Aliato Guadagni, secretario de Energía durante la época de Eduardo Duhalde, en el que mantiene que existe una disminución en la producción de gas desde 2004 y que no se están realizando nuevas búsquedas con la suficiente rapidez y volumen. Según este informe, durante la década de los ochenta "se perforaron como promedio 116 pozos exploratorios al año; en 2008, pese al alto precio del petróleo, apenas se perforaron 39 pozos y en 2009 no superaron los 42". Guadagni mantiene que "influye en esta reducción del esfuerzo exploratorio el comportamiento declinante de YPF (Repsol)". La filial argentina de la multinacional española, con un 15% de capital en manos de la familia Eskenazi, aporta el 35% de la producción total de petróleo del país y el 25% del gas, cuando en los noventa suponía más del 43% del petróleo y el 35% del gas.

Según Repsol YPF, la compañía sigue incrementando sus beneficios a buen ritmo, de 4.343 millones de euros en el periodo enero-junio de 2009 a 5.369 millones en igual periodo de este año. En esos meses, las inversiones de YPF aumentaron de 437 millones a 597 millones. Sin embargo, en 2009 bajaron respecto a 2008, pasando de 1.508 millones a 956.

Chimenea de una planta de gas en Tierra de Fuego (Argentina).
Chimenea de una planta de gas en Tierra de Fuego (Argentina).GETTY

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