"El interruptor de la fusión, apagado"

"Aquí, el interruptor de la fusión está apagado desde hace semanas". De esta manera tan gráfica resumían dos empleados de Caja Vital el pasado viernes los efectos del proceso de interinidad por el que atraviesa esta entidad financiera hasta que el próximo jueves inicie una nueva etapa con la elección de Carlos Zapatero, como presidente de su consejo de administración. Pero, fiel a la historia reciente, no será un relevo pacífico porque otra batalla judicial acecha la caja alavesa. El PP, de entrada, acudirá la próxima semana al Juzgado de Primera Instancia de Vitoria para exigir la ejecución íntegra de la sentencia de la Audiencia de Álava relativa a Gregorio Rojo, y así contribuirá a convulsionar, de nuevo, la vida de una asamblea de por sí agitada porque no puede ser ajena a un carrusel de sustituciones de consejeros muy significativos, siempre motivadas por decisiones de los tribunales.

El PP exigirá la próxima semana la ejecución íntegra del fallo contra Rojo

De Miguel y un empresario vitoriano del PNV visitan a Gerenabarrena

Pero la batalla judicial seguirá más allá de la exigencia de la ejecución de la sentencia que acabó con la etapa de Rojo en Vital. Aunque ha sido imposible arrancar en medios próximos al PP una confirmación de su postura ante la llegada de Zapatero al consejo de administración de la entidad, todo hace indicar que los populares cuestionarán a corto plazo la ilegalidad en la que el nuevo mandatario de la entidad alavesa podría incurrir en aplicación del nuevo reglamento de la Ley de Cajas. De hecho, en estos medios consultados, no se cree que la adaptación de la nueva ley en el marco del País Vasco "ampare" la permanencia de Zapatero en un cargo público. Según admitió a EL PAÍS un representante popular, "es muy difícil de evitar que habiendo estado de viceconsejero de Trabajo no haya tratado ningún tema relacionado con la vida laboral de la caja".

Precisamente el silencio del PP sobre la presunta incompatibilidad de Zapatero para llegar a la presidencia de Caja Vital - que no se plantearía de inmediato, aunque sí se han evacuado ya consultas a expertos- añade otro motivo de inestabilidad a la nueva etapa que PSE y PNV quieren abrir a partir del próximo jueves y que tiene fijada su estación término en abril de 2012, fecha prevista para la siguiente renovación de los órganos internos de la entidad y donde los nacionalistas prevén que dispondrán de la mayoría absoluta.

A esta nueva etapa se llega después de un debate interno en el PSE-EE, donde Txarli Prieto ha sentido que sus compañeros de la ejecutiva vasca le pedían "más tacto" a la hora de abordar el relevo en Caja Vital. El líder de los socialistas alaveses lo ha hecho después de la presión indirecta de la que ha sido objeto y tras librar dos de las semanas más incómodas personalmente. Eso sí, ha elegido un candidato sin cruzar media palabra con Gregorio Rojo, la persona a sustituir y también socialista, en un gesto que no ha pasado desapercibido en la clase empresarial y política alavesa. Prieto y Rojo apenas van a fingir ya las apariencias de su distanciamiento.

Mientras, hasta que llegue la renovación del próximo jueves, el PNV, encargado de liderar la interinidad en su momento político más crítico, ha mantenido una línea de "baja tensión" en Vital como correspondía a una situación tan incómoda. De hecho, el director general, Joseba Barrena, ha cubierto la ausencia de Iñaki Gerenabarrena en algún acto público como ocurrió la pasada semana en Bilbao, pero el propio presidente interino acudió, tras su paso por ETB para reflexionar los problemas que acechan a su partido y a la propia Vital, a una reunión de la Confederación vasco-navarra de cajas en Getaria, pero que hubo de abandonar con rapidez para incorporarse a la reunión semanal del EBB.

En este contexto, el presidente interino y líder de los jeltzales alaveses, no se ha recatado en mantener contactos en la propia sede central de la entidad financiera en Salburua a quienes le acercaban análisis sobre la realidad más inmediata. Según ha podido conocer este periódico, el propio Alfredo de Miguel y un alto directivo vitoriano de una empresa vasca de telecomunicaciones, vinculado al PNV, han conversado largamente en los últimos días con el presidente de la caja alavesa. Y es que Gerenabarrena no puede ser ajeno a la sucesión de novedades que implican a destacados afiliados del PNV alavés y algunos, además, amigos suyos en una supuesta trama de corrupción y otra de espionaje político. Además, como presidente del ABB sigue preocupado por el devenir de la candidatura peneuvista a la alcaldía de Vitoria y por las decisiones que su diputado general, Xabier Agirre, y el líder del EBB, Iñigo Urkullu, exigen sobre los afiliados implicados en estos escándalos judiciales y que cuestionan directamente la política que ha seguido en tan espinoso asunto.

¿Y de la fusión, qué? De momento, el interruptor apagado, como admiten en los despachos de Vital. Ha bastado que aparecieran las notas de las pruebas de resistencia para que desde la caja alavesa se subrayara el "músculo" para afrontar el camino en solitario. Pero en el fuero interno, la pretensión es muy diferente. Ocurre igual que en Kutxa, donde la última evaluación en el marco del contexto europeo ha revitalizado sus ánimos.

En Vital, la precipitada salida de Rojo ha abortado lógicamente el debate sobre la fusión "aquí o fuera". Por si fuera poco, en la nueva etapa bastante tendrá Zapatero con rebajar la tensión amenazado por los escollos judiciales. Ahora ya nada igual y todos los saben, incluso quienes desde Kutxa y Vital siguen con interés como BBK metaboliza su nueva adquisición. Y como muestra de que nadie quiere quedarse fuera del debate abierto, Gerenabarrena ha aprovechado su mandato para declararse "no partidario" de que Vital se introduzca en el campo de las fusiones frías.