La alcaldesa dice ahora que no frenó la detención del acusado
La alcaldesa de Cunit y senadora por Tarragona, la socialista Judith Alberich, aprovechó su declaración como testigo en el juicio de ayer para desmarcarse lo máximo posible del conflicto gestado en su Consistorio. Para ello se desdijo de casi todo lo que había declarado en la fase de instrucción del caso del año pasado apoyándose en la ambigüedad y una memoria escurridiza.
"No recuerdo esas palabras explícitas", contestó cuando le pidieron que confirmara la declaración de Ghailan sobre que Alberich le explicó a la mediadora que los imputados reclamaban contratar a otra persona. "No, no recuerdo nada de eso", replicó a la pregunta de qué acusaciones lanzaron los imputados contra la mediadora, referidas a la falsificación documental y la negación de subvenciones.
Sobre si entre los asuntos que abordó en una reunión privada con los acusados figuraba la fiesta del cordero de los musulmanes, volvió a fallarle la retentiva: "No recuerdo haber tratado este tema". "No recuerdo explícitamente esa declaración genérica", añadió cuando le recordaron su declaración anterior.
La incongruencia más chocante de la alcaldesa, sin embargo, fue su cambio de versión sobre la fallida detención del imán de Cunit tras un intento de agresión a Fatima Ghailan. Hace un año,
ante el Juzgado de Instrucción número 1 de El Vendrell, dijo: "El inspector de policía pretendía detenerle, pero lo evité a efectos de no crear un conflicto social". La versión de ayer fue: "El inspector de policía me recomendó que no le detuviéramos por su arraigo en la comunidad".
Otra cuestionada actuación de la alcaldesa fue su intento de que la mediadora retirara la denuncia que interpuso contra los acusados. Para Alberich, retirarla era un buen paso hacia la solución del conflicto y por eso decidió emprender "la mediación", según sus palabras. "Me dijo que si retiraba la denuncia se iba a acabar el sufrimiento", dijo ayer Ghailan. La relación entre ambas es pésima, admitieron ante el juez.
