'Honoris causa'

Mañana, lunes, la Universidad Politécnica de Valencia nombrará doctores honoris causa al insigne cocinero Ferran Adrià y al no menos insigne pastelero Francisco Torreblanca, esclarecidas mentes de un mundo, el gastronómico, que ha estado durante siglos alejado de la Universidad y que ahora parece que se integra en él con todos los honores que durante ese tiempo le fueron negados.

Es de justicia valorar, como excepción al comentario anterior, que la Politécnica que ahora los acoge ha sido una adelantada en conceder a las cosas del comer y del beber la importancia que desde la vida se les reconoce, disponiendo desde hace años de un departamento específico, de Tecnología de los Alimentos, en el que se ha investigado sobre el desarrollo y evolución de los mismos, además de incidir sobre las técnicas con las que se preparan o sobre las consecuencias de su consumo. De los estudios que de ella provienen ya existen resultados específicos y constatables, sea en forma de variaciones genéticas, ya como útiles instrumentos de trabajo.

Y también es necesario destacar que ambos personajes, ahora reconocidos en su importancia social, han desarrollado sus carreras profesionales asumiendo como uno de sus principales valores la investigación -aquello que es más propio de la Universidad- y que sus restaurantes y obradores tienen tanto de industria alimentaria como de laboratorio, así como los resultados de su producción comparten el privilegio de ser placer para los sentidos a la vez que fórmula patentable de la más sofisticada tecnología.

Demos la enhorabuena a quienes han posibilitado esta fusión. Por esta vez, cálida.