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Estreno

"Para mí la televisión era el diablo"

Daniel Buñuel, nieto del genial director, viaja a los conflictos del planeta

Dice que la gran tragedia de su vida es que su abuelo murió cuando tenía apenas ocho años. Hablan del gran Luis Buñuel, al que visitaba en México con su padre Juan Luis Buñuel y su madre Joyce. Diego Buñuel (París, 1975) no se dedica al cine aunque no lo descarta. De momento, triunfa con la serie No le digas a mi madre..., en la que viaja a las zonas más conflictivas del planeta para aportar una visión en la que huye de los estereotipos.

National Geographic (dial 61 de Digital +) estrena mañana (22.15) la tercera temporada, que se adentrará en ocho de las urbes más pobladas del mundo -desde Johanesburgo, a São Paulo o Lagos- en las que la lucha por la supervivencia hace de estas ciudades una auténtica jungla. Diego Buñuel empezó su carrera como reportero de prensa escrita en Estados Unidos. Nada hacía presagiar que iba a convertirse en una estrella de la televisión. Al contrario. "Cuando empecé, para mí la televisión era el diablo", recuerda. "Pero me di cuenta de que el demonio no era el reportaje en sí, sino la duración. Es imposible hacer correctamente tu trabajo en dos minutos", asegura.

Su éxito se debe en parte a su apuesta por "unos reportajes serios y reales, pero dentro de un envoltorio entretenido", añade. Por eso no quiere filmar películas documentales, que considera demasiado aburridas. "Mi abuelo decía que el mejor crítico de una película es tu trasero. Cuando empieza a dolerte, es que la película no es tan buena".

Tras su experiencia como reportero de guerra, Buñuel ha recorrido una veintena de países. Entre sus favoritos se encuentran Irak, Afganistán y Corea del Norte. El único que se le ha resistido hasta ahora ha sido Somalia. Pero ya está preparando el viaje para septiembre. Si sale adelante -inch'allá ("si Dios quiere" en árabe), dice-, será uno de los destinos de la cuarta temporada, que bien podría ser la última. "Creo que después de cuatro años hay que acabar. Y, además, no puedo hablar de mi madre toda la vida", bromea.

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