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Columna
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Agente contaminante

La sociedad está llena de agentes contaminantes, dice el filósofo José Antonio Marina.

Entre esos agentes están la desfachatez, el prestigio mal dado, el que trampea y el que miente.

A veces, miro a los dirigentes del PP y me pregunto si Marina no estaría pensando en ellos cuando enumeró esos agentes a Nativel Preciado en el libro Hablemos de la vida (Temas de Hoy, 2002). De manera muy especial, en Javier Arenas.

La Real Academia señala que trampear es engañar a alguien o eludir alguna dificultad con artificio y cautela. Y hacerlo con descaro, con desfachatez, añado. Como diría el ex presidente José María Aznar, a quien tanto debe nuestro simpar Arenas, "sin complejos".

En los últimos días, el presidente del PP andaluz ha trampeado sin tapujos en temas importantes para el futuro de la comunidad. Algunos ejemplos:

Dependencia. Arenas responsabiliza a la Junta de Andalucía por el fallecimiento de 21.000 personas en los últimos tres años, mientras esperaban a que se les aplicara la ley de Dependencia. Una ley que iba a ser "sacrificada" por el Gobierno socialista.

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Los hechos son muy diferentes: Andalucía es la comunidad que más y mejor ha desarrollado la ley. Hay 150.000 andaluces que reciben alguna prestación (el 30% del total nacional, cuando el porcentaje de población es del 18%). De esos beneficiarios, casi 50.000 disfrutan de más de una prestación.

La tasa de atendidos en Andalucía es de un 18,7 por mil habitantes. En el reino de los populares, las comunidades de Madrid y Valencia, esa tasa es de 5,2 y 5,7 respectivamente. Andalucía atiende casi cuatro veces más dependientes que donde gobierna el PP.

Sueldos de los alcaldes. El PP lleva meses clamando por la austeridad en el gasto público. En especial, se quejan de los salarios de algunos altos cargos. Han señalado, y con razón, que en el Ayuntamiento de Sevilla un alto cargo cobraba 170.000 euros (Manuel Marchena, consejero delegado de Emasesa).

Sin embargo, Arenas "olvida" que en Málaga, donde gobierna su partido, dos altos cargos cobraban aún más: José Estrada y Yolanda de Aguilar, gerentes de Promalaga y del Palacio de Ferias y Congresos respectivamente, llegaron a percibir más de 200.000 euros anuales. Hace unos días se les rebajó a 145.000 euros.

Hay más: El PP se ha descolgado del acuerdo apoyado por todos los partidos, salvo el PP, en la Federación Andalucía de Municipios y Provincias (FAMP) para unificar el sueldo de los alcaldes. Cobrarán según el número de habitantes de su municipio. Los regidores de ciudades de más de 500.000 habitantes percibirán el mismo salario que un consejero del Gobierno: 79.873 euros anuales, por todos los conceptos. Arenas ha dicho no en el último minuto. Los alcaldes populares de Huelva, Almería, Málaga y Cádiz, que cobran mucho más de lo estipulado por la FAMP, se le han rebelado.

Cajasur. Arenas culpa a la Junta de politizar el tema de la caja cordobesa intervenida por el Banco de España. Olvida que siendo ministro con Aznar, en 2002, sacó a Cajasur de la tutela jurídica de la Junta para llevársela a Madrid. Desde entonces, la alianza del PP con los canónigos que regían la entidad hasta su intervención por el Banco de España, ha sido de hierro. Dirigentes del PP participaron en una manifestación contra la fusión con Unicaja.

Grandes dosis de esa doble moral, de ese doble juego, de esa desfachatez y trapacería es la que observamos ayer en la primera sesión del Debate del Estado de la Comunidad. Un debate que sin duda se merece, tras su finalización el día de hoy, un análisis más en profundidad.

Pero visto lo visto, ayer, y esta semana y la anterior, y los últimos meses, Arenas es, de acuerdo con la definición del filósofo Marina, uno de los agentes contaminantes más nocivos de la vida política andaluza.

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