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Reportaje:MOTOCICLISMO | GP DE ITALIA

Rossi va al límite

El piloto italiano, aquejado de una lesión de hombro que dice que va a peor, marca el mejor tiempo en los entrenamientos

Nadia Tronchoni

Nadie se fía de los supuestos problemas físicos de Valentino Rossi. Nadie quiere dar por muerto al nueve veces campeón del mundo de motociclismo y menos después de que ayer marcara el mejor tiempo en los primeros entrenamientos libres del Gran Premio de Italia. Todos miran a Jorge Lorenzo de reojo. Él recibe los halagos en este inicio del Mundial mientras Rossi carga con las críticas y las dudas. El español, lenguaraz como pocos, sonríe y, sorprendentemente, habla lo justo. El italiano, que se siente más en el punto de mira que nunca, hace lo que jamás hizo: escudarse en una lesión que empeora con el paso del tiempo, ir a tope en las primeras sesiones y hacer el mejor crono el viernes con los neumáticos blandos. Así trata de silenciar los reproches. Aunque solo evidencia que, por primera vez, en la pista y fuera de ella, va al límite. Su compañero de equipo, el líder del campeonato, le ha puesto en esa tesitura. Lorenzo tiene el mejor ritmo en 2010. Y confianza no le falta: lo demostró en Qatar, pero sobre todo en Jerez y Le Mans, dos victorias totalmente diferentes, pero igualmente apabullantes.

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De ahí, que Rossi saltara ayer a la pista dispuesto a marcar el terreno, su terreno. Donde ganó siete carreras seguidas desde 2002 hasta 2008. De ahí, que exprimiera su Yamaha. Tanto como para ser el único capaz de bajar de 1m 50s. Claro que su mejor tiempo lo marcó con neumáticos blandos, como cuando uno busca la pole independientemente del ritmo de carrera. Lorenzo se quedó segundo, con neumáticos duros, a más de tres décimas. Diferencia que, al parecer, no le preocupa: "En tiempos estamos bastante parejos", dijo. Y, aunque confía en experimentar mejoras hoy, no le interesa especialmente la pole. "No da puntos, solo un coche al final del campeonato", dijo socarrón.

Mientras tanto, Rossi se ponía la venda antes que la herida. Nada más llegar a Mugello hizo algo que tampoco solía hacer: lamentarse. "Sufro la desgracia más grande de mi carrera", dijo. Se refería a la lesión -se cayó el 15 de abril practicando motocross- en un hombro. Una caída que, al parecer y según sus más recientes declaraciones, es el motivo de todos sus males. Claro que desde que se lesionó hasta ahora su discurso ofrece fisuras: tras su segundo puesto en Jerez aclaró que, aunque tenía molestias, su hombro no podía ser una excusa. El problema fue la puesta a punto de la Yamaha. Tras repetir segundo puesto en Le Mans, explicó que se resentía de la lesión no tanto por el dolor, sino por la falta de fuerza. Y a su llegada a Mugello apuntó que cada día al levantarse sentía mucho dolor, que apenas estaba al 65% de su mejor rendimiento y que podía incluso, verse obligado a operarse.

Sus rivales no le creen. Entre otras razones, porque ayer fue, tras Lorenzo (27 giros), el segundo piloto que más vueltas sumó (26). "Solo él sabe cuánto le duele", declaró Dani Pedrosa. "Yo no sé cómo funciona el cuerpo de los demás", terció Lorenzo. "No me importa lo que piensen los demás. Me resbala", zanjó, irascible, Rossi.

Valentino Rossi, antes de los entrenamientos en Mugello.
Valentino Rossi, antes de los entrenamientos en Mugello.REUTERS

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Sobre la firma

Nadia Tronchoni
Redactora jefa de la sección de Deportes y experta en motociclismo. Ha estado en cinco Rally Dakar y le apasionan el fútbol y la política. Se inició en la radio y empezó a escribir en el diario La Razón. Es Licenciada en Periodismo por la Universidad de Valencia, Máster en Fútbol en la UV y Executive Master en Marketing Digital por el IEBS.

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