Cooperación en el Mediterráneo
La grave crisis económica tiene un lado positivo. Ha acercado a dos archirrivales como Grecia y Turquía, ambos miembros de la OTAN, que han estado más de una vez al borde de la guerra en el último medio siglo. Ambos países necesitan reducir sus gastos públicos y qué mejor modo que recortando lo que invierten en armas debido a la hipótesis de conflicto en la que viven.
Las últimas escaramuzas de la Armada turca en el Egeo han pasado casi inadvertidas en aras del éxito de la visita de Erdogan. Desde el miércoles, dos fragatas turcas han importunado -según la versión de Atenas- a cazas griegos cerca de las islas de Andros, Limnos y Skiros.
La pesadilla de un regreso a la época de Manos Limpias, el proceso que se llevó por delante a los partidos políticos y a la Primera República, recorre otra vez Italia. La diferencia es que, esta vez, el escándalo afecta sobre todo a la mayoría de centro derecha y se entremezcla, con el olor clásico de los mejores misterios made in Italy, con los servicios secretos, la mafia y el Vaticano.
Los gestos son importantes y el nuevo Gobierno británico ha dejado claras sus prioridades diplomáticas. El primer viaje del nuevo ministro de Exteriores, William Hague, no ha sido ni a Bruselas ni a Berlín ni a París: ayer se entrevistó en Washington con su homóloga estadounidense, Hillary Clinton.
Las fuerzas de seguridad tailandesas dispararon ayer gases lacrimógenos, balas de goma y fuego real contra los camisas rojas, que exigen la dimisión del Gobierno. Los violentos enfrentamientos en el centro de Bangkok dejaron un saldo de 16 personas muertas y más de 120 heridas -incluidos tres periodistas-, en lo que supone una fuerte escalada de la grave crisis que atraviesa el país asiático desde mediados de marzo.