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Reportaje:

Gebrselassie, en manos del tiempo

Mientras Tadese y Wanjiru atacan hoy su récord del maratón en Londres, el etíope, que sólo piensa en los Juegos de 2012, corre un 10.000 con atletas populares en Madrid

Amaya Iríbar

Dice que el maratón de Londres no le va bien. Ni por el recorrido ni por la fecha, en esta primavera donde vuela disparado el polen que tan mal le va a sus maltrechos pulmones. Así que en lugar de tomar la salida hoy en la capital inglesa, donde sus grandes rivales prometen atacar con rabia y argumentos su récord del mundo, Haile Gebrselassie, 37 años, asmático y multialérgico declarado, está en Madrid, no para correr el maratón de la capital, que también se disputa hoy, sino para hacer un 10.000 con atletas populares. Vamos, para darse una vuelta y derramar su simpatía.

El campeón etíope no pierde nunca la sonrisa. No parece preocupado porque el duelo prometido en Londres entre el eritreo Zersenay Tadese, que se entrena en España y acaba de batir la plusmarca mundial del medio maratón en Lisboa (58m 23s), y que el año pasado en el único maratón de su vida se retiró en Londres a medio camino, y el campeón olímpico Samuel Wanjiru, keniano, rebaje las 2h 3m 59s con las que volvió a asombrar al mundo hace un par de años en Berlín. Ni siquiera le borra la sonrisa que la plusmarca pueda ir a parar a un país como Eritrea, cuya independencia de Etiopía ha sido foco habitual de tensiones fronterizas entre los dos países, tensiones que acabaron en guerra declarada y varios miles de muertos hace tan sólo una década.

"Esto no es una guerra. Es una lucha pacífica, y no importa que bata mi récord un eritreo"
"Después de tantos años corriendo, las tuberías no funcionan tan bien como antes"
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Gebre no entra al trapo y vuelve a sonreír. "Va a ser una carrera muy interesante y muy dura con tantas estrellas", aventura; "además, ningún récord dura para siempre. El mío tampoco. Pero esto no es una guerra. Es una competición, una lucha pacífica. Y para mí lo importante es que yo puedo batirlo de nuevo". ¿Puede? "Puedo correr en 2h 3m 20s".

Gebre mantiene que su único rival es el tiempo, que no necesita correr contra Wanjiru, por ejemplo, que es Wanjiru quien tiene que correr contra su récord, pero, teniendo en cuenta que en sus tres últimos maratones sus tiempos han sido, de media, dos minutos superiores a su récord, no es fácil saber qué parte de esas palabras son verdad y qué parte bravuconada. Cuando Wanjiru le quitó el récord del mundo de medio maratón también dijo que lo recuperaría, y sólo vio cómo llegaba Tadesse para rebajarlo un minuto más aún. El etíope que lo ganó todo en la larga distancia antes de pasarse al maratón sabe venderse muy bien. Pero también es consciente de que a los 37 años, y corriendo el reloj, cada vez es más difícil. "Después de muchos años corriendo, las tuberías, el sistema respiratorio, no funciona tan bien. Sufro más. Pero eso es lo bonito del deporte, esa lucha para superar el dolor y a ti mismo".

Lo que está claro es que Londres le trae malos recuerdos. Allí debutó en la prueba reina, la que lleva al límite la resistencia física y mental de todo corredor, hace ya ocho años. Y allí tuvo que retirarse a medio camino en 2007, falto de aire por el asma y las alergias.

Le gusta mucho más Berlín, con su recorrido llano, y su aire otoñal libre de polen. Su temperatura ideal, las primeras hojas de los árboles cayendo, y los buenos recuerdos de una carrera con el final más feliz de todos: la plusmarca mundial y un buen cheque. Y no una, sino dos veces. Dicen que Gebre ya sólo se mueve por dinero. Que si a principios de año estaba en Dubai, hoy en Madrid y probablemente en septiembre en Berlín es porque le pagan bien. Gebre vuelve a sonreír. Lo cierto es que el etíope, que tiene un hotel con su nombre en su país y otros negocios inmobiliarios, ha intentado romper su último récord en varias ocasiones, aunque ha fracasado en todas ellas. "No tengo prisa. Ahora me lo tomo con calma".

Tampoco descarta llegar a Londres 2012, después de que otra vez el asma le apartara de los contaminados Juegos de Pekín. "Corro siete días a la semana, en sesiones de mañana y tarde. Entre dos y tres horas por la mañana y una y media por la tarde. 210-220 kilómetros a la semana. Lo que intento es concentrarme en la velocidad", explica. Y, a pesar de su edad, ni se plantea la retirada: "En el momento en que empiezas a pensarlo ya estás de retirada. Si por mí fuera no me retiraría nunca. La edad es sólo un número", dice. "Sé que sobre mi verdadera edad siempre la gente ha tenido dudas, que si tengo más de 40 años, hasta 47. En realidad tengo 27, pero si me dicen que hay un tipo que con 47 puede correr el maratón en 2h 5m, 2h 6m, estaría orgulloso entonces de tener esa edad..." Y vuelve a sonreír.

Haile Gebrselassie, Berlín, septiembre de 2009.
Haile Gebrselassie, Berlín, septiembre de 2009.TIMM KÖLLN

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Sobre la firma

Amaya Iríbar
Redactora jefa de Fin de Semana desde 2017. Antes estuvo al frente de la sección de Deportes y fue redactora de Sociedad y de Negocios. Está especializada en gimnasia y ha cubierto para EL PAÍS dos Juegos Olímpicos y varios europeos y mundiales de atletismo. Es licenciada en Ciencias Políticas y tiene el Máster de periodismo de EL PAÍS.

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