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La planta de residuos Calizamar se renueva

Frente a la teoría de Fernando Otero, refrendada por la Comisión Nacional Sandach, hay quien apela a un "cambio de orientación" de Bruselas para explicar la modificación. Es el caso del secretario general de Anfaco (Asociación Nacional de Fabricantes de Conservas), Juan Vieites, quien además presidió en sus inicios Calizamar, una planta de valorización de residuos nacida al socaire del reglamento europeo en vigor y receptora de cuantiosas ayudas.

El futuro de las empresas de transformación de residuos pasa ahora por adaptarse a la nueva norma. Y en ese trance está Calizamar, que Fraga inauguró en 2004, y que se plantó en el mercado con capacidad para gestionar 80.000 toneladas anuales a un precio "excesivo", según diversos cocederos. Pero se topó con el alcalde de Boiro, Xosé Deira (BNG), no dispuesto a pasar los malos olores denunciados por los vecinos y decretó la suspensión de la actividad. Tras un amago de disolución y dificultades económicas, la empresa "sigue adelante", afirma Vieites, bajo la premisa de trazar un plan que pasa por la renovación de su consejo de administración y garantizar el abastecimiento de materia prima. Vieites pide a la Xunta más vigilancia, en alusión a los que no cumplen. El portavoz de la Asociación de Cocederos de Galicia, Manolo García, discrepa y mantiene que "los residuos tienen que ser biogestionados porque no se entiende que estemos tirando conchas por ahí, por las cunetas".

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