_
_
_
_
_
36.000 espectadores en un entrenamiento de F-1
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Más gasolina, más margen de error

La nueva norma que impide repostar en carrera y el notable aumento del tamaño y la capacidad de los depósitos de gasolina refuerzan la relatividad de los resultados en los primeros ensayos de la pretemporada. Esta premisa no resta cierto valor a las buenas sensaciones deparadas por el estreno de Fernando Alonso en Ferrari, pero sí que lo matiza. Los coches podrán cargar esta temporada unos 150 kilos de gasolina. La diferencia de los registros puede ser mayor que antes en función del peso del combustible en cada cual.

Los equipos suelen buscar en las primeras pruebas un ritmo de carrera del que puedan deducirse, por así decirlo, las virtudes y los defectos de sus bólidos. Cargar medio depósito es lo más habitual para empezar a conocer su comportamiento. Lógicamente, también es necesario combinarlo con algún ensayo con poca gasolina o con mucha, pero suele ser más esporádico porque en las primeras vueltas de un gran premio es cuando el coche va más lleno, pero también cuando se producen más incidencias y es menos previsible su comportamiento. Resulta difícil acertar en el escrutinio del peso de la máquina con que ensaya cada piloto en un momento determinado; por ejemplo, estos primeros días, en Cheste, a pesar de que no hay escudería que no asigne al menos una persona para que intente averiguar el proceder de cada uno de sus rivales.

No hay escudería que no asigne al menos una persona para que intente averiguar el proceder de sus rivales

El año pasado llenar medio depósito equivalía a unos 45 o 50 kilos de combustible. Ahora, a unos 80 u 85. La diferencia puede ser de unos 40. Si calculamos que cada diez kilos equivalen a una diferencia de cuatro décimas de segundo por vuelta, estaríamos hablando de un total de más de dos segundos. Y desconocemos cuánta gasolina ha cargado cada coche.

Siempre hay equipos, a punto de cerrar un patrocinio o buscando financiación, que necesitan un buen resultado, por lo que pueden jugarse la baza de ensayar con un depósito menos lleno. Los neumáticos también son otra incógnita y los coches han cambiado de forma radical. Son más largos y las ruedas delanteras más estrechas. Todos los equipos afrontan un importante trabajo de desarrollo.

Dicho lo anterior, sí da la impresión, observando a los Ferrari, viendo las primeras actuaciones de Fernando y escuchando ciertos comentarios, que se encuentran en buena posición para afrontar el campeonato con garantías. Pero escuchas a Hamilton y ves que está contentísimo o ves incluso a Jaume Alguersuari y compruebas que sus tiempos están cerca de los mejores.

Hay que tomarse las cosas con muchísima calma. Es muy importante para cada piloto, más que los resultados, el poder establecer un cálculo de sus tiempos en relación a los de sus rivales teniendo en cuenta todos los matices posibles: gasolina, neumáticos, tandas, ajustes... Sólo así podrá tener una idea acerca de dónde está cada uno. Ferrari está ahí: delante. Pero Massa, que hace tiempo que no pilotaba, y Fernando, tras su última etapa en Renault, pueden estar intentando automotivarse en estos primeros ensayos. Y a todo esto hay que añadir que aún queda por aparecer Red Bull, con Vettel y Webber y un coche que, de la mano de su director técnico, Adrian Newey, estoy seguro de que será una bala.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_