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Reportaje:

'Mobbing' al discapacitado

Un hombre encuentra destrozado su coche y su plaza reservada, sin placas

Elena G. Sevillano

Alguien la ha tomado con él. En apenas 10 días su coche ha amanecido dos veces con las cerraduras obstruidas con silicona. La primera vez, Pedro Cintas, de 57 años, pensó que era una gamberrada. No le dio mayor importancia. La segunda, el día 23, ya lo denunció a la policía. "Me puse histérico", recuerda. No sabe quién le está "acosando", pero tiene claro por qué. El vándalo no se limitó a fastidiarle las cerraduras. También rompió uno de los postes que sujetan las placas de la plaza reservada para discapacitados en la que aparca. Lo arrancó y lo dejó tirado en la acera. Con el otro no pudo y quedó medio doblado sobre la calzada. Cintas, que usa muletas, se lo encontró a primera hora, cuando salía para ir a rehabilitación. No llegó, ni tampoco a recoger a sus dos hijos. La reparación: 300 euros.

El público que lo estaba viendo no se dio cuenta de lo que había pasado
El marido y la hija de la artista siguieron con las funciones de tarde

Nadie vio nada. Nadie oyó nada. Y eso que el poste metálico cayendo al suelo tuvo que hacer ruido. Cintas cree que es alguien que le conoce. Que sabe que, cuando llega en su Citroen Xsara a su calle, Jesús Castellanos, en Carabanchel, y ve que algún listo ha aparcado en la plaza reservada, no duda en llamar a la policía. "Será alguien al que han multado", conjetura. ¿Mobbing al discapacitado porque él tiene plaza y los demás se hartan de dar vueltas? "Es un problema que tenemos todos. A otros les pinchan las ruedas", explica. Si pensaban intimidarle, no lo han conseguido. "No pienso dejar de llamar a la policía. Para un derecho que tenemos...". Conciliador, dice que le gustaría saber quién le está fastidiando. "Para dialogar con él, para que entienda que para mí no es un lujo, es una necesidad". Fotógrafo de profesión, le dieron la invalidez hace 13 años por una poliomelitis. Camina con mucha dificultad. Las dos paradas de metro más cercanas, Carabanchel y Vista Alegre, no están adaptadas. Subir el escalón de un autobús, imposible. Sin coche está atrapado, es doblemente dependiente.

La policía asegura que está investigando el caso, "un hecho puntual". Cintas llevaba reclamando al Ayuntamiento que volvieran a colocar la placa desde el día 15. El viernes por la tarde, a preguntas de este periódico, una portavoz aseguró que las lluvias habían retrasado los trabajos. "Está previsto para este fin de semana", afirmó. Unas horas después, a las once y cuarto de la noche, dos operarios las colocaron. Cintas no daba crédito: "¡Qué casualidad!". Apenas 200 metros más allá, en otra plaza reservada, ayer también faltaba otro poste, arrancado de cuajo.

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Sobre la firma

Elena G. Sevillano
Es corresponsal de EL PAÍS en Alemania. Antes se ocupó de la información judicial y económica y formó parte del equipo de Investigación. Como especialista en sanidad, siguió la crisis del coronavirus y coescribió el libro Estado de Alarma (Península, 2020). Es licenciada en Traducción y en Periodismo por la UPF y máster de Periodismo UAM/El País.

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