_
_
_
_
_
La polémica por el empadronamiento de inmigrantes

"Yo no le he preguntado por las medidas de su piso"

El Ayuntamiento retira las condiciones que exigía para empadronarse

La decisión del Ayuntamiento de Torrejón de Ardoz se aplicó ayer al instante. El alcalde convocaba a los medios a las once de la mañana para comunicar que daba su brazo a torcer y, para entonces, las oficinas del padrón ya estaban aplicando las nuevas órdenes. Este periódico comprobó durante la mañana de ayer que ya no se exigen los requisitos que hasta ahora impedían el empadronamiento a muchos inmigrantes de la localidad.

Gabriel Rubio, un dominicano de 40 años que regenta un bar legalmente, se prestó a comprobar la decisión del alcalde, aunque él tiene sus documentos en regla. Le acompañaba Ameiry Ciprián, de 26 años y también originaria de la República Dominicana.

-Buenos días. Mi nombre es Gabriel Rubio. No tengo papeles. Solamente tengo un visado de turista que ya está caducado. Venía a preguntar qué me hace falta para poder empadronarme en casa de mi amiga Ameiry.

Más información
Torrejón ya empadrona a todos

-Ha tenido usted suerte, responde la funcionaria que le atiende. Hoy mismo han cambiado las normas. Si llega a venir la semana pasada no lo hubiese podido hacer. Tráigame su pasaporte original y una fotocopia. Y con eso ya puede usted empadronarse.

-Sólo eso.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

-Sólo.

Un periodista de nacionalidad española también trató de empadronarse. En su caso esgrimió que iba a trasladarse a un piso en Torrejón de 60 metros cuadrados en el que ya vivían tres personas.

-¿Puedo hacerlo?, pregunta el periodista.

-Claro, responde la trabajadora.

-Es que había leído que necesitaba un piso que tuviese al menos 20 metros por persona.

-Yo no le he preguntado las medidas de su piso.

La noticia le ha sabido a gloria a ciudadanos como Luis Mendi, un senegalés de 41 años que vive en una casa de más de 120 metros cuadrados junto a su mujer, sus dos hijas, y otro matrimonio con un hijo. "La casa es grandísima", aclara. "Allí estamos todos empadronados menos el hombre de la otra pareja. No le dejaron porque decían que no teníamos el suficiente espacio. ¿Tú te crees?", se sulfura. "Y por no estar empadronado encima no podía tener servicio médico gratuito. Le diré hoy mismo que ya puede ir a registrarse".

Saída Moukhless, una ciudadana marroquí de 25 años, también piensa que es "una buena noticia" para la población inmigrante que el alcalde haya renunciado a aplicar la normativa ilegal. Ella sufrió las restricciones del Consistorio cuando intentó empadronar a un familiar en su piso de 60 metros cuadrados en el que ya viven tres personas. "Yo también estoy en contra de los pisos patera y los hacinamientos", explica Saída, "pero no pueden castigarnos a los que no tenemos casas grandes".

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_