Catástrofe en Haití
Si alguna vez sí lo fue, ya Puerto Príncipe no es un buen lugar para vivir. Miles de ciudadanos intentan desde hace días huir de una ciudad en la que ya sólo poseen una montaña de escombros y el cadáver de un familiar enterrado en una fosa común.
A. JIMÉNEZ BARCA / P. ORDAZ | Puerto Príncipe
FRANCISCO PEREGIL | Puerto Príncipe
La Autoridad Suprema del vudú haitiano denuncia que se entierren sin respeto los cadáveres - "Las potencias no nos perdonaron nuestra independencia"
"Creo al 100% que es el cadáver de Pilar, no hay error". El mismo José Valverde confirmó ayer la identificación del cuerpo sin vida de su esposa, la funcionaria segoviana de la Unión Europea Pilar Juárez Boal. El cuerpo, que fue identificado por miembros de la Unidad Militar de Emergencias (UME) desplazados a Haití, fue hallado el miércoles con la tarjeta diplomática de la mujer y con un anillo que ayudaron a su reconocimiento.
Jack Straw, ministro de Exteriores cuando Reino Unido decidió acompañar a Estados Unidos en la invasión de Irak, reconoció ayer que el Gobierno de Tony Blair no habría podido sumarse a la invasión si él se hubiera opuesto porque, sin su apoyo, la guerra no habría obtenido respaldo ni en el Gabinete ni en el Parlamento.
Estados Unidos y la Unión Europea suscribieron ayer en Toledo una resolución conjunta, impulsada por España, para crear un marco legal contra el terrorismo internacional. Los responsables de seguridad de los Veintisiete y la secretaria de Seguridad Nacional estadounidense, Janet Napolitano, se comprometen a tomar todas las medidas necesarias para prevenir ataques terroristas en la aviación civil.
Primer año en la Casa Blanca
En medio de un clima de pánico y caos entre la mayoría demócrata del Congreso, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y su partido ofrecieron ayer las primeras señales de marcha atrás en la reforma sanitaria y de su voluntad de incorporar un tono populista a su agenda doméstica.
La tormenta desencadenada en Massachusetts está a punto de acabar con lo que siempre ha sido uno de los principales signos de identidad de la política norteamericana, su moderación. La derecha ha comprobado que, en la situación de crisis económica que vive el país, el extremismo produce rentabilidad electoral.