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Los empleados de la Diputación decidirán el futuro del PP de Ourense

José Luis Baltar ha contratado a más de 300 cargos electos o familiares

Al próximo presidente del PP de Ourense lo elegirán los empleados de la Diputación. Al menos en una considerable proporción. El congreso provincial del día 30 será, además de un encuentro de la militancia del partido, un foro de decisión política para gran parte de los trabajadores de la institución que preside José Luis Baltar, padre de José Manuel Baltar Blanco, que opta a sucederlo con el apoyo de sus empleados. La simbiosis entre el PP y la institución pública, en donde Baltar padre ha repartido puestos de trabajo durante casi dos décadas a más de 300 cargos electos de su partido o familiares directos de éstos, queda más que nunca de manifiesto.

Baltar ha estado haciendo campaña para su hijo y firmando contratos en la sede del organismo provincial a compromisarios al congreso. Dice que lo ha hecho por razones prácticas. "Cualquiera entiende que si está en su empresa y tiene que llamar a su casa y no tiene más que el teléfono de la empresa, nadie será tan ético ni tan moralista como para decir, no; este teléfono no, que tengo que coger el otro", justificó.

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Por eso ha llamado desde la institución pública a los alcaldes que en aplastante mayoría se postularon para ir como compromisarios de su hijo al congreso y, apenas iniciada la campaña, se fotografiaron con él suscribiendo un manifiesto "orensanista" en Santa Cruz de Arrabaldo. Antes de eso, Baltar los había empleado -a ellos o a sus mujeres, hijos o nueras- en la Diputación. A algunos, con contratos temporales que renueva cada 3 o 6 meses. A otros los hizo fijos en las oposiciones que convocó el verano pasado. Hay familias enteras de cargos electos del PP, ahora compromisarios, con puesto de trabajo en la institución provincial.

El padre del candidato sostiene que no ha presionado a sus empleados para que apoyen a su hijo porque, dice, "no les eché en cara los favores". Sin embargo, los trabajadores-militantes han firmado los avales para su vástago en la mayoría de los pequeños municipios de la provincia.

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De los compromisarios que aporta Amoeiro, tres trabajan en la Diputación y dos son parientes del alcalde. Rairiz de Veiga, Ramirás, San Cristobo de Cea, Cualedro, A Merca, Maceda o Montederramo, aportan cada uno de ellos al menos tres delegados al congreso que al mismo tiempo tienen empleo en la Diputación. Castro Caldelas lleva a dos trabajadores-compromisarios y Xunqueira de Espadañedo, a cuatro empleados en la Diputación en la lista de los cinco delegados que votarán por este municipio.

En Cartelle, cuatro delegados al congreso están vinculados también a la Diputación, como en A Peroxa. En Maside, dos de los cuatro que acudirán tienen también vínculo con la Diputación, como lo tienen cinco de Monterrei.

El caso de Esgos es aparte. Es la localidad natal del presidente de la Diputación y su hijo y candidato, Baltar Blanco, es ahí teniente de alcalde a las órdenes de su tío, Manuel Blanco. De los nueve compromisarios que aporta este municipio al congreso, cinco son familiares del presidente y los cuatro restantes están empleados en la institución provincial. En Castrelo de Miño sólo hay un compromisario con puesto de trabajo en la Diputación: fue contratado este mismo mes de enero.

San Cibrao das Viñas, gobernado por la suegra del diputado autonómico Rosendo Fernández (encargado de leer el manifiesto de Santa Cruz de Arrabaldo) aporta al congreso a la práctica totalidad de la familia de la regidora que tiene también a descendientes en la institución provincial.

Distinta es la situación en Quintela de Leirado. En este caso, la familia del alcalde (él mismo, sus dos hijos, sus dos nueras y sus cuñados) trabaja en la Mancomunidad de Celanova a la que en la comarca llaman "el Gran Hermano". Pero Baltar no sólo ha empleado a las familias de los alcaldes o portavoces del PP en su feudo de la provincia. Al menos medio centenar de los que se postularon como delegados al congreso en los distintos distritos de la ciudad trabajan también (ellos o sus hijos, yernos o nueras) en la Diputación.

No obstante, aunque éstos también le deben el empleo a Baltar, le dieron el respaldo al candidato oficialista en la votación en urna celebrada la semana pasada y dejaron prácticamente sin compromisarios por la ciudad al hijo del presidente.

El fin de semana, Baltar padre intentó (según denuncia su rival, el alcalde de Verín, Juan Manuel Jiménez) presionarlos para que rubricaran los avales para su vástago. Los llama "y se mete en las cocinas" y a quienes le contestan que ya han firmado para Jiménez los conmina a que "vuelvan a hacerlo" por su hijo. "Al haber duplicidad, los avales quedan invalidados y nosotros nos quedamos sin el respaldo que teníamos", sostienen alarmados los oficialistas. "Ya se demostró en la ciudad que en donde el voto es en urna, Baltar no gana", sostienen. Los afines a Jiménez disculpan a quienes sucumben a las presiones: "Entendemos que acaben firmándole, porque con el trabajo no se juega", señalan los oficialistas.

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