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DANZA | La semana por delante

Matar al padre

Respondón, agrio, deslenguado, irónico, sobrado de imaginación recurrente. Todo eso y más es el performer y bailarín David Fernández (Madrid, 1976), artista singular que ha labrado su personalidad escénica en el riesgo y el experimento. También es músico autodidacta y reconoce en el violonchelo "su otra voz", de ahí la importancia de las referencias sonoras de sus propuestas.

Dentro de Escena Contemporánea, estrena El corazón, la boca, los hechos y la vida (Sala Triángulo, del 21 al 24; y Teatro Salón Cervantes de Alcalá, domingo 31), una pieza que resume en una nota argumental de airado aire freudiano: "Benhard Bach, sexto hijo de Juan Sebastian Bach, muere de asco con tan sólo 24 años, lejos de su casa y de los suyos. Huyendo de la insoportable sombra de su progenitor y de su programada vida de virtuoso organista, dejó numerosas deudas y a un padre avergonzado (...) Matar al padre debe ser muy jodido cuando tu padre es J. S. Bach". Fernández es responsable no sólo de la interpretación, sino también de textos, luces, sonido y electrónica.

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